El ser humano, debido a su peregrinar por la vida, necesariamente llega a momentos en los cuales siente la necesidad de detenerse y reflexionar. Es parte del llamado SenderoDelser que recorremos desde el nacimiento hasta la muerte. Las reflexiones nos permiten llegar a conclusiones que pueden sernos útiles a fin de determinar cómo continuar, como un viajero que se detiene a consultar su mapa antes de continuar con su trayecto.

Las reflexiones no necesitan ser profundas; a veces una simple reflexión nos permite ver la luz al final del túnel, que estaba justamente frente nuestro pero que no lográbamos ver. Tantas situaciones sencillas que en nuestro apuro por vivir, pasamos por alto, y que finalmente, nos complican ese vivir, deteniéndonos, y aún, obligándonos a regresar para tomar el otro camino, el correcto, el que nos permita obtener resultados positivos.

De allí que se categorice como “irreflexiva” a toda actitud o conducta humana destinada al fracaso, fuera de toda lógica, opuesta al sentido común, perjudicial, tóxica. “Irreflexiva” indica “falta de reflexión”, por lo que parece ser que detenernos en un momento de reflexión puede ser invalorablemente útil a nuestro caminar, orientándolo, facilitándolo y llevándolo a buen fin.

Este sector del blog está dedicado a eso, justamente. No para que quien lo lea adopte al pie de la letra su contenido, porque puede no servirle a su caminar personal; lo que busco es que a través de una reflexión, cada quien se vea inspirado a sacar su propia conclusión, a generar su propia reflexión, adaptada a su momento y a su caminar por este SenderoDelSer que llamamos comúnmente, vivir. ¿Qué otro motivo puede ser más maravilloso que eso… VIVIR? Profesor Leo.