El Reiki
El Reiki. Los reikistas no somos personas elegidas, somos personas comunes entrenadas mediante la programación de símbolos y sonidos curativos milenarios, a fin de aplicar Energía cósmica (El “Chi” o “Ki” según los orientales, que han sido precursores en estas técnicas) mediante la imposición de manos y sin necesidad de contacto físico con la persona que tiene problemas de salud.
Esta Energía se concentra en los “chakras” del paciente de manera de re-equilibrar sus canales receptores y transmisores, y se produce el fantástico efecto de que cada zona con problemas absorbe solamente la cantidad de Energía justa para reequilibrarse, no importa cuanto tiempo haya transcurrido en la aplicación; más tiempo no necesariamente implica mayor recepción de Energía.
En una sesión de unos 45 minutos, el reikista recorre todas las zonas sensibles desde la cabeza hasta los pies del paciente mediante la radiación que emiten sus manos, inundando de Energía vital al cuerpo de la persona enferma.
Existen distintos métodos y varios niveles en esta disciplina, pero en general, la práctica recurrente hace que el reikista, aún desde su primer nivel, sea capaz de realizar sanaciones milagrosas, incluyendo no sólo las dolencias materiales sino aquellas emocionales que deben ser reequilibradas. Más adelante, seguiré profundizando en este tema, en post posteriores.