¿ESTÁS TOMANDO LAS ELECCIONES PERSONALES CORRECTAS? ARCANO Nº 3: “LA EMPERATRIZ”
Aquello que nos sucede cotidianamente tiene su porqué.
Sabemos que la vida es una sucesión de hechos que debemos enfrentar diariamente, de mayor o menor importancia. Cada nuevo día trae sus nuevos desafíos en el camino del aprendizaje.
Estos hechos parecen estar fuera de nuestro control, pero en realidad hay una tendencia inconsciente hacia encontrarnos con ellos; nos parece como si tropezáramos con ellos sin querer, pero en realidad, no son casuales, son causales.
Corresponden a una serie de planteos que debemos resolver, y hasta que no lo logremos, este tipo de situaciones seguirá… (“siempre se me repiten” me confesaría cualquiera de quienes me consultan sobre alguna situación “irresoluble” que se le aparece “de la nada y sin motivo”, día a día).
Tenemos una “agenda” diaria de preguntas que debemos resolver.
Día a día tenemos que tomar decisiones respecto de algún tema personal, y si recorremos el pasado, muchas veces observaremos que se trata de algo que creíamos haber resuelto en ese momento, pero que se reitera en diversas ocasiones.
Vuelve a ocurrir, una y otra vez, hasta que muchas veces nos resignamos a que sea así y nos decimos… “y claro, es natural que a mí me pase (tal o cual cosa)…” y bajamos la cabeza, aceptando que “por alguna razón desconocida, SIEMPRE nos pasa esto o aquello”.
Tal vez no hicimos nuestros deberes ayer, y hoy se nos presenta la misma tarea… muchas veces, acentuada.
Muchas veces, (hasta el grado de que aceptamos que tenga que ser así), esta tarea se reitera, pero cada vez con mayor intensidad; cada vez viene más difícil.
Y eso será de esa forma hasta el día en que decidamos tomar al toro por las astas, hasta el día en que nos miremos al espejo y logremos ver que lo que desencadena este tipo de situaciones es justamente que tiempo atrás creímos haber superado el mal trago, pero en realidad no lo superamos, sino que inconscientemente, al negarlo, lo reforzamos. En otras palabras, no hemos aprendido lo necesario en la primera instancia como era de esperar.
Hay una tendencia natural a que nos sucedan cierta clase de hechos.
En una Carta Natal se puede observar esta situación; que “siempre nos ocurre que…”. Bueno, justamente, allí está detallada la situación y lo que llamamos “problema”, pero lo interesante del asunto es que allí mismo se encuentra oculta a la vista, pero revelada gráficamente, tanto el aprendizaje a resolver como la resolución misma.
Es como si en una hoja de nuestro “cuaderno de vida”, la Carta Natal, se planteara la generación de estas situaciones, las preguntas, y en el lado posterior, cuando decidimos dar vuelta la hoja, están escritas las soluciones. Esto es el aprendizaje de la vida.
Cuando hayamos resuelto realmente ese problema, dejará de ser un problema definitivamente.
Así sucede. La maestra (la Vida) no nos volverá a dar la misma tarea porque ya aprendimos a resolverla. Nos asignará otro tipo de tarea, que se nos repetirá hasta que logremos detectarla y resolverla, cada vez de forma más llamativa.
No son otras cosas que situaciones a ser resueltas efectivamente a fin de lograr un crecimiento personal, y la maduración consecuente que nos trae el encontrar ese aprendizaje que contiene obligadamente la situación.
Como nos decía Stephen (PhD Stephen Gilligan, mi profesor de Hipnosis Terapéutica): “Qué bueno que estás en esta crisis, porque esto te llevará a ser mejor persona”. Y la negación-enojo que me daba escucharlo al principio… hasta que comprendí que tenía razón.
Uno puede aprender a ganar en la vida en lugar de ser objeto de las situaciones.
No tiene importancia el hecho en sí; lo que importa es la forma en que dejamos que impacte en nosotros.
Nosotros decidimos, conciente o inconscientemente, si el hecho será una experiencia positiva que nos conducirá a subir un escalón, o si será un tropiezo que recordaremos como trauma, y nos mantendrá en el mismo escalón, o a veces, hasta nos hará retroceder al escalón anterior. En eso radica el secreto. En cómo lo interpretamos y en cómo lo manejamos. De esto depende el resultado, es decir, la superación o el trauma, avanzar o retroceder.
Con el tiempo podemos aprender a localizar y manejar estas situaciones.
Y entonces descubriremos… ¡que ya no nos vuelve a pasar! Claro, así será porque ya hemos aprendido la lección, y la maestra (la Vida) nos recompensará en lugar de hacernos repetir la misma tarea.
Pero los años pasan volando y deberíamos tomar la decisión de resolverlo hoy en lugar de patearlo hacia adelante, para mañana o pasado…
Cada ser tiene una estrategia de resolución, pero normalmente, no la conoce.
Sí, cada uno de nosotros responde a un tipo energético al que le conviene enfrentar a su manera particular, la resolución de sus problemas.
La falla puede estar en que no conocemos esta estrategia, aunque muchas personas ya la han descubierto a la larga, con el sufrimiento, o la han intuído de alguna manera a través de las crisis.
La habilidad de La Emperatriz.
La Emperatriz es un Arcano del Tarot (una de las cartas, que lleva asignado el número III) que corresponde a uno de los arquetipos funcionales de las actitudes humanas.
Este Arcano nos indica, en una tirada de Tarot, si estamos encarando bien, si estamos enfrentando correctamente la situación, o si estamos frente a ella con las manos atadas.
Si el asunto (debido a nuestra actitud ante la situación) se va a convertir en un trauma o en un aprendizaje; si esta energía se condensará en funcional o la convertiremos en disfuncional. Si tenemos la actitud de ganar o la de perder. Y curiosamente, los Arcanos (cartas del Tarot) que aparezcan a partir de ella, nos marcan la diferencia.
Es decir, se extrapola una línea de futuro posible a partir de la actitud con que tomemos las astas del toro. De ello va a depender, de esa actitud, el resultado de la cuestión. Si cambiamos de actitud, cambiaremos de futuro; nuestra elección personal marcará la diferencia.
Si utilizamos la inteligencia en lugar del capricho, la habilidad (poner el énfasis utilizando lo que tenemos) en lugar del miedo (originado por la sensación de carencia debido a evaluar lo que no tenemos), si empleamos la confianza y el entusiasmo en lugar del pesimismo, entonces estamos empleando los recursos de “nuestra Emperatriz” interior.
La Emperatriz simboliza nuestra habilidad para resolver problemas, y cada uno de nosotros trae desde su nacimiento los recursos para enfrentar cada crisis que se presente; es sólo cuestión de encontrarlos.
No estamos marcados para sufrir, estamos ante la oportunidad de convertirnos en triunfadores.
Claro, ¿Y cómo hago para diferenciarlo?, me preguntará quien lee. ¿Cómo logro yo revertir la situación y sacar provecho de ella? será la pregunta clave. ¿Cómo me doy cuenta de qué debo hacer ante este asunto? será reiterativamente el interrogante al cual me enfrento diariamente como consultor.
Muy fácil, aprendiendo la manera correcta de responder ante el estímulo y conociendo las herramientas personales de que dispone cada uno. Esto es personal y debe resolverse individualmente, porque parece que todos somos iguales pero… somos distintos.
A todos se nos plantean problemas similares, aunque los veamos distintos.
Los mismos aprendizajes, en distintas épocas. Estos aprendizajes pueden volverse puntaje positivo asegurándonos confianza en nosotros mismos, o convertirse en puntaje negativo si no reconocemos las oportunidades de crecer.
En cada uno de nosotros está la opción de convertirse en una persona exitosa o en víctima de las circunstancias, en triunfador ante la vida o en perdedor ante cada crisis. Y quien lee se preguntará… ¿Y cómo hago yo para obtener el resultado correcto?
Esta es una respuesta personal que deberemos buscar, que está impresa en cada uno de nosotros desde el nacimiento y que suele ser similar o distinta a la de otra persona cercana, pero no necesariamente la misma. Está impresa en nuestra Carta Natal.
Y si no nos hemos decidido a encontrar esa respuesta o creemos que no podemos, entonces decidámonos a buscar ayuda.
Somos seres hechos con la misma materia, pero no de la misma forma; cada uno de nosotros es distinto, irrepetible aunque pasen miles de años. Especiales, individuales, geniales… somos reyes aunque muchas veces, por no saber que somos reyes, nos comportamos como mendigos.
Al Maestro Sai Baba le preguntaban:
—¿Usted es Dios? Y él respondía, con una sonrisa:
—Sí, yo soy Dios. Usted también es Dios. La diferencia está en que yo lo sé y usted aún no lo sabe.
Entonces, en resumen, la diferencia está en decidirse seriamente a “estudiarse” y comprenderse a sí mismo, o a resignarse a ser simplemente uno más de los peones del tablero de ajedrez de la Vida. Cada uno debe decidir cómo llevar adelante su diario vivir; no sólo tiene el derecho sino la obligación de hacerlo, aprendiendo a tomar las elecciones personales correctas y a hacerse responsable por ello.
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Así es Profe. . . “Nada se va hasta que hayamos aprendido lo que nos vino a enseñar.” Pema Chodron.
“La norma psicológica dice que cuando no se toma conciencia de una situación interna, sucede afuera como destino. Es decir, cuando el individuo no toma conciencia de sus contradicciones interiores, la realidad forzosamente representará el conflicto”. C.G.Jung
Como siempre, como en todo, la elección es nuestra. . . Gracias. Un abrazo.