LAS SIRENAS… ¿CONOCES SU HISTORIA DE AMOR? Parte 1
Todos sabemos de los mitos de las historias de amor de las Sirenas, pero muy pocos saben que es real y que hay pruebas de ello. Este conocimiento es casi mágico… ¿Quieres conocerlo? En realidad, las Sirenas pertenecen al grupo de los Elementales de Agua llamados Ondinas, pero su nombre “Sirenas” se ha popularizado desde siempre entre los humanos. Pertenecen al Reino Sutil-Agua y su hábitat es el agua, generalmente de mar, aunque hay algunas de agua dulce, más pequeñas y con buena voluntad de cooperación con el ser humano.
Comparten este Reino con las Nereidas, los Narvales, los Espíritus de los lagos, las Náyades, los Genios de los ríos, los Monstruos del agua (habitantes de lagos de Neuquén, Río Negro y Chubut, en Argentina), los Gnomos del agua, los Hombres y Mujeres de las aguas, y otros seres similares, que trataré en otros artículos posteriores.
La característica principal de estos seres (por pertenecer al Reino Agua) es su dominio de los poderes espirituales, y muchos de ellos han aceptado (no sin ciertos reparos) colaborar con los Poderes de Luz.
Otras tribus similares permanecen indiferentes tanto a Luz como a Oscuridad, y otras, como la de las Brujas (Tribu Sutil-Tierra-Burdo-Agua), se dedican a sus trabajos oscuros y el culto al Demonio, en abierta colaboración con él a cambio de longevidad y poderes mágicos.
Yendo específicamente a las Sirenas (Tribu Sutil-Agua-Sutil-Agua) se trata de Ondinas cuya historia se remonta al Libro de Enoc, padre de Noé (Nuevo Testamento), libro que proviene de una obra religiosa judía que fuera separado de la Biblia que usa la religión Católica y que fuera posteriormente prohibido, ya que evidentemente complicaba el “cuento religioso” de los jerarcas de las religiones de la época.
Se cuenta en el libro de Enoc que ciertos ángeles, enamorados por la belleza de las hijas de los hombres, decidieron bajar a la Tierra a tener relaciones con ellas y a engendrar hijos. De estos hijos nació la raza de los Gigantes, a la que me he referido en otro artículo de este blog (Artículo ¿QUÉ CONOCES SOBRE LOS GIGANTES? https://www.elsenderodelser.com.ar/2016/04/27/que-conoces-sobre-los-gigantes/) raza que fuera finalmente condenada a la extinción y cuyos últimos exponentes perecieran debido al crecimiento de las aguas en el último paso cíclico del planeta/cometa Nibiru, hecho conocido según la Biblia cristiana como Diluvio Universal.
Nótese el paralelismo cuando se menciona a los “Ángeles caídos” (¿Extraterrestres?), que “decidieron bajar a la Tierra” y tener hijos con las mujeres humanas (hibridación, que continúa hasta la fecha), sucesos que llenaron a la Tierra de sangre y muerte “por castigo divino”.
Las mujeres que mantuvieron relaciones con dichos “ángeles”, fueron condenadas (según el libro de Enoc) a convertirse en “sirenas” y habitar el medio acuático. Tal sería el origen religioso de las Sirenas, que habitan hoy en día en mares y lagos, y que a través de miles de años se han adaptado a la vida submarina.
Esto hace de las Sirenas una diferenciación del resto de los Elementales, con un comportamiento extraño y muy curioso con respecto a los hombres. Las Sirenas, como es de conocimiento popular, tienen desde la cintura hacia arriba, cara, cuerpo y brazos con manos en forma de palmetas, semejantes de algún modo a un humano, con una cola de pez muy fuerte pero algo distinta porque poseen huesos en la misma, a diferencia de los peces.
Cabe explicar que hay distintas tribus que se han ido modificando con el tiempo, y algunas han ido perdiendo las características femeninas aunque la mayoría de estas criaturas son hembras, perdiendo su cabello y alterando sus rasgos, convirtiéndose en cuasi-monstruos muy primitivos, reunidos en manadas cuya autoridad es matriarcal.
Las Sirenas son seres muy inteligentes y capaces de hablar distintas lenguas, aprendiendo cualquier lengua nueva con rapidez al poco de escucharla y de gran poder de comunicación aunque prefieran comunicarse con las ballenas y los delfines, que son seres de mayor grado de evolución que la mayoría del medio acuático; pueden además fabricar y emplear instrumentos parecidos a lanzas con las cuales se ayudan para cazar peces que les sirvan de alimento.
El tamaño de su cuerpo es grande, a veces algo mayor que el de un humano (en longitud) y su cola de pez les permite moverse con extraordinaria velocidad bajo el agua, donde viven y se alimentan, aunque a veces parecen deleitarse en alguna costa o roca en tomar contacto directo con los rayos del sol. Esto no pueden sostenerlo por mucho tiempo, dado que al ser criaturas de agua, necesitan su contacto a fin de no resecar su piel.
Se han dado casos en los que aplicando sus poderes mágicos han logrado adaptarse al medio terrestre, copiando la similitud con los seres humanos y perdiendo por un tiempo sus características morfológicas casi en su totalidad; se visten y simulan ser mujeres, aunque a veces sus pies las delatan, por lo que siempre tratan de cubrirlos. A veces la magia es tan poderosa que no pueden retornar a su forma anterior, acuática.
Desde el punto de vista energético pueden habitar cuerpos de mujeres, que tendrán un comportamiento emocional idéntico al de las sirenas. En otros casos, humanos de género femenino con características totalmente humanas, de padres humanos, asumen comportamientos emocionales similares y energéticamente pueden ser consideradas como sirenas.
Es decir, que así como existen mujeres sin autoconciencia de tener comportamiento de hadas, hay mujeres cuyo comportamiento es sólo comprensible conociendo el comportamiento emocional de las sirenas.
Tanto estas “mujeres hadas” como las “mujeres sirenas” tienden a la necesidad de la compañía masculina pero sus relaciones de una forma o de otra las llevarán al fracaso y al sufrimiento dado que las Hadas (seres Sutiles de Aire, inestables, que no por eso dejan de lado el comportamiento terrenal) no logran concretar uniones permanentes, así como tampoco las Sirenas debido a su pertenencia al Elemento Agua, que disuelve toda relación y lleva a esta clase de mujer al sufrimiento y a la frustración permanente.
Toda Sirena idealiza y sueña, tarde o temprano, con el amor de un hombre, pero su necesidad de apego, dominación y exclusividad hace que su conducta se vuelva celosa y terriblemente posesiva, lo que desemboca en tragedias, generalmente llevando a la muerte a una de las dos partes.
El hombre en su desesperación por liberarse, o la Sirena en un ataque de celos terribles, puede acabar con el otro integrante de la relación. La Sirena desprecia al resto de la Humanidad y odia profundamente a las mujeres; sólo ama enloquecidamente a su hombre, al que requiere absorbiéndolo completamente y sometiéndolo a su voluntad.
Esta atracción fatal que al menos una vez en la vida sufrirá toda Sirena, hace que su vida sentimental carezca de futuro y el resultado sea sólo el sufrimiento (supuestamente, ése es el castigo por haberse unido a una criatura de las Alturas, como los Ángeles que las sedujeron originalmente, que por supuesto, sufrieron castigos aún peores por parte de sus Superiores Energéticos.
Por tal razón, la Sirena a veces sueña con un futuro ideal reteniendo un hombre para sí en una relación enfermiza y posesiva, que puede llevar a matar a su hombre o a la mujer que ose poner los ojos sobre él. Su felicidad, entonces, es pensar en el futuro, aunque presentan distintos estados que deberé explicitar en el siguiente artículo (Parte 2).
Normalmente, se dará un proceso en la Sirena que la impulsará a cautivar a un hombre, sin importarle las consecuencias; tal es su imperiosa voluntad al respecto. Tal vez hasta deba ahogarlo en el agua y capturar su alma para su compañía y mantener el cuerpo en condiciones mágicas para luego, mediante sus conocimientos de los procesos espirituales, devolverle la vida pero no su voluntad.
Para lograr sus fines solicitan la ayuda de otros Elementales, tales como Harpías (Brujas del agua) y otras criaturas que les ayudan mediante pociones mágicas en el proceso de adaptación hacia parecerse lo más posible a una mujer, a quienes copian en sus estrategias de seducción, vestimentas y comportamientos.
Estos períodos deben necesariamente ser interrumpidos porque periódicamente deben regresar al agua y a su forma original, en ciclos que dependen de las fases de la Luna, ya que como es conocido, las criaturas de Elemento Agua y todas las emociones son regidas por la Luna y sus influencias.
Debemos hacer una mención especial respecto a la maternidad; no existe movilización mayor en la vida de una Sirena, llegando a posesionarse tanto de su estado de maternidad que pueden olvidarse del hombre que las ha llevado al embarazo. O bien puede matar a su hombre y devolverle luego la vida en el agua, pero no ya como hombre, sino convirtiéndolo en una criatura de Agua, con un futuro incierto y dirigido hacia una lenta muerte como consecuencia de la transformación.
En la Parte 2 detallaré las etapas por las que pasa el estado de enamoramiento de la Sirena. Se agradece la información obtenida tanto de los Elementales colaboradores que han ayudado a revelar este conocimiento como a Monseñor C. Páleka que ha contribuído a hacerlos públicos.
Resultará muy interesante para quien quiera ver testimonios e imágenes sobre las Sirenas, dirigirse a dos documentales del Discovery Channel en Youtube, donde pueden encontrarse pruebas científicas de que existen las Sirenas, para lo cual incluyo las URL de dichos documentales. Al colocarse en el buscador, fácilmente el lector será dirigido a la primera y segunda parte de los mismos:
Primera parte: https://youtu.be/omg5hlZ9kj8
Segunda parte: https://youtu.be/3N5nuQ0kTrI
Sirenas nadando en manada: https://youtu.be/67wCBSNyd3k
En la segunda parte continuaré describiendo el comportamiento de las Sirenas respecto al amor.
El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo
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Trágico..