LAS SIRENAS… ¿CONOCES SU HISTORIA DE AMOR? Parte 2

Continuando con la historia de amor de las Sirenas, en esta segunda parte contaré cómo la Sirena se enamora y lo que esto significa para ella. Posiblemente sea una de las Tribus que se parezca más al ser Humano, en el aspecto emocional, y eso confirme la antigua tradición de que fueron un grupo de seres humanos convertidos en Elementales.

Las Sirenas en determinada etapa de su vida, más tarde o más temprano, sienten una irresistible atracción por los hombres. Posiblemente eso se deba a su instinto de conservación de la especie, dado que si bien hay ejemplares machos, esta Tribu es decididamente matriarcal y los pocos existentes no suelen tener la fuerza y la capacidad de las hembras.

Sin embargo, esta atracción por el hombre se encuentra en contraposición con el desprecio que siente por la Humanidad en general, ya que siente que el Hombre conspira contra su existencia debido a sus experimentos de tecnología bajo las aguas y a la contaminación que originan sus desechos arrojados en el mar, los derrames de petróleo, etc.

Estos experimentos han dañado poblaciones enteras de esta Tribu y la inteligencia de las Sirenas les permite conocer exactamente el comportamiento depredador del ser humano en general, por lo que se mantienen alejadas de él sintiéndolo un enemigo, un invasor, salvo cuando no sienten estar en peligro o cuando buscan “atrapar” a un ser humano masculino.

Su amor es primitivo, ciego y con sentido de posesión; no buscan compartir su existencia con un hombre sino que cuando lo capturan lo consideran como un objeto de su pertenencia, y a este respecto son muy celosas y fieras defensoras de lo que para ellas es su propiedad.

Sin embargo, en una primera etapa de su vida, la Sirena no piensa en otra cosa que en nadar, sobrevivir de la pesca y pasar largos ratos sin dirigir sus pensamientos a otra cosa que lo básico para sobrevivir, divirtiéndose al nadar entre las olas o tomar sol durante breves intervalos para que no se reseque su piel.

Más allá de ello, a pesar de tener su mente en blanco sin objetivos particulares, en ocasiones pasa por leves estados de melancolía en cuyo caso puede descargarlos en breve llanto o en suspiros ocasionales. Es innegable que estas criaturas llevan una vida sufriente; cuanto más inteligente es un ser, más conciencia toma de sus limitaciones y de sus dolores.

Siempre la Sirena sueña con un futuro ideal, en el que tal vez la presencia de un hombre la rescate de sus limitaciones; esa esperanza permanece latente en ella. El algún momento, esa esperanza la movilizará tanto que saldrá de su letargo, acercándose a las costas en busca de lo que ella considera su futuro amante pero que en realidad será su víctima.

Estas condiciones operan un cambio en la Sirena: ella comienza a observar su reflejo en las aguas, se produce en ella una modificación tanto emocional como psíquica y se concentra en las artes de la seducción, requiriendo a veces ayuda de otros Elementales de la Tribu de Agua para lograr los conocimientos esotéricos necesarios como para adaptar su cuerpo, observando a las mujeres que se acercan a la costa, para copiar sus vestimentas y su comportamiento.

La Sirena busca convertirse en lo más parecido a una mujer, pero suma a esto ciertos influjos psíquicos que le permiten acechar con cierto éxito a su víctima y que subyugan los sentidos del hombre, que ella considera tan sólo su amante necesario para transformar su vida, pero sin que le importe en absoluto si este hombre estará rodeado de una familia o tendrá ya una esposa o un hogar.

Nadan permanentemente observando la costa y si encuentran a un niño, proyectan su imaginación a cuando crezca y le agregan en su mente las condiciones necesarias como para que cumpla con sus sueños ideales. En este caso, ellas saben esperar, puesto que tienen un tiempo de vida muy superior a la vida media del humano.

Pero si ya es un hombre o un adolescente, esto movilizará a la Sirena rápidamente a elegirlo y aún cuando las otras compañeras le adviertan sobre su confusión, y los desastrosos resultados que tendrá el proceso, ella buscará vivir su experiencia y en ello concentrará toda sus energías, físicas, mentales y psíquicas.

Hay ciertos preparados que les facilitan las Harpías (las brujas del agua) que son de la Tribu Sutil-Agua-Burdo-Agua, que conocen mucho sobre encantamientos y su magia es muy poderosa y destructiva. Estos preparados gradualmente convierten a la Sirena en prácticamente una mujer, pero no sin antes pasar por los necesarios sufrimientos de esa transformación.

La Sirena naturalmente posee una cola de pez y un torso humano; su cabeza es calva y con una fina línea abultada que va desde el entrecejo a la base de la nuca. Sus ojos son grandes porque vive en profundidades donde la luz es escasa, y cuando son iluminados en la noche por un reflector de alguna embarcación, lucen fosforescentes y atemorizantes.

Su boca es fuerte y de mayor tamaño que la boca promedio humana, ya que debe utilizarla para la caza y su alimentación. Su nariz es menos pronunciada que en un humano, y sobre la frente hay una cavidad donde se aloja un órgano transmisor y receptor de altas frecuencias que utiliza para comunicarse con los delfines, las ballenas y dialogar entre ellas mismas.

Sin embargo, con los preparados de las Harpías, tomarán formas humanas similares a las de una mujer, necesarias para la captura del hombre sobre el que han puesto su mirada. Como ya se ha explicado, responde a las fases lunares y no puede permanecer más tiempo del prudencial fuera del agua, por lo que aparecen y desaparecen según los ritmos lunares, pero normalmente no más de una semana.

Este tiempo es suficiente para lograr su cometido, encantar al hombre y seducirlo, asumiendo formas y facciones muy atractivas a las que suman su elevado poder psíquico que las rodea de un halo de misterio y seducción, más que suficiente para despertar el interés de cualquier hombre en que hayan concentrado su atención.

Mientras tanto, “trabajan” psíquicamente al hombre de forma de que esté suficientemente listo para ser impactado por su encuentro y le sea muy difícil salir de su aturdimiento y captar la realidad. En el encuentro, se volverá irresistible a este hombre, quien por un breve tiempo no podrá reaccionar ante las intenciones de la Sirena, pero durante un período suficiente como para que ella se salga con la suya.

También puede pasar que la Sirena se enamore de este hombre y proyecte en él todos los ideales que ha pasado años soñando, a un grado en que ya no pueda dejarlo y regresar al agua, antes de que se cumpla el plazo necesario. En ese caso, le resultará imposible retornar a su origen acuático y conservará la forma humana, puesto que se ahogará si regresa a su ambiente marino.

Esto tendrá sus consecuencias; envejecerá como una mujer normal y la extensión de vida de esa Sirena se verá acortada y en lugar de cientos de años, sólo vivirá una existencia humana, pero prolongada, más que la duración media del ser humano.

Cuando se presenta ante su “amante”, ella desencadenará un gran caudal de imágenes y visiones psíquicas que dejarán aturdido y confundido al hombre, quien vivirá una experiencia sin precedentes y se rendirá a ello, olvidándose de todo menos de la presencia de esta “mujer” que lo llenará de deseos y de obsesión. Se trata de un “encantamiento” del que difícilmente podrá escaparse la víctima humana en ese trance.

En algún momento, el hombre reaccionará tal vez queriendo retornar a su vida normal, sin distinguir bien si ha vivido un sueño o una realidad, pero quedando shockeado por haber vivido esa situación, ya que la Sirena empleará todas sus artes en apasionarlo y conquistarlo. Sin embargo él luego pensará que podrá regresar normalmente a su vida y que todo ha sido solamente una aventura.

Pero la Sirena tiene otros planes muy distintos; habiendo sido aceptada por el hombre, no renunciará a perder lo que ha conquistado y que para ella, es parte de su realidad, así como la materialización de sus sueños mantenidos durante muchos años. La concreción romántica de su idilio se ha realizado y ella no dejará que todo quede en un episodio aislado, porque ahora tiene lo que quería.

Ella considera que el amor del hombre seducido será incondicional y que sus fantasías se han vuelto por fin, una realidad. Si ha vuelto al agua, ahora se está preparando para volver a tierra definitivamente, sin escuchar las advertencias y consejos de otras Sirenas que han sobrevivido a situaciones similares, y que se esfuerzan en convencerla del riesgo que corre.

Ahora la Sirena se ha tomado en serio la situación y reclamará el amor de su amante a toda costa, buscándolo, acosándolo, sin importarle otra cosa que no sea mantener su posesión que tanto esfuerzo le ha costado. Se siente apasionada y decidida a que la situación se resuelva por el amor a su antojo; o de otra forma, todo terminará con la muerte. Por razones de espacio, terminaré la descripción en la Parte 3.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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