LOS INFINITOS CUERPOS DEL SER HUMANO, Parte 2 de 2

Continuación de la primera parte, LOS INFINITOS CUERPOS DEL SER HUMANO Parte 1. Estos temas desde siempre fueron motivo de interés científico para los soviéticos, que han avanzado mucho en lograr dichas manifestaciones en forma conciente, y aún realizar mediciones al investigar y poner a prueba dichos fenómenos paranormales.

Lo mismo ha ocurrido desde hace siglos con organizaciones esotéricas dedicadas al estudio de la metafísica, como por ejemplo ambas ramas de la antiquísima Orden Rosacruz.

Entonces, al ver este tipo de manifestaciones, uno puede preguntarse: ¿Qué es la conciencia? La conciencia puede definirse simplemente como UNA CONEXIÓN EN RED. Es como un hilo conductor invisible que nos permite saber, tomar contacto, conectarnos e integrarnos con el resto del TODO del que somos parte. Muy similar al hilo telefónico que une entre sí a todos los teléfonos del mundo.

Podemos proyectar nuestra conciencia a un tiempo y espacio determinados previamente y entonces decimos ingenuamente que “hemos hecho un viaje fuera del cuerpo” sin movernos físicamente de la silla o de la cama. Una “regresión” no es nada más que eso, un direccionamiento voluntario de la conciencia.

Pero nunca hemos dejado nuestro cuerpo, sino que sólo hemos ampliado los límites de percepción de nuestra conciencia interna haciendo uso de sus “capas” más externas, y estableciendo la conexión hacia nuestros sentidos materiales de modo que podemos ver, sentir, escuchar “cosas que no son cosas”.

La percepción es sólo establecer contacto, o sea, proyectar la conciencia hacia algo con lo que no podemos conectarnos mediante los sentidos comunes, por cuestiones de distancia o de tiempo.

Así podríamos conectarnos con los pensamientos de nuestro perro, tal como podemos hacerlo con los pensamientos de otra persona “hablando de alma a alma”, o dialogar con su verdad porque estamos en comunicación de cuerpos sutiles, o bien viajar por el interior de una barra de hierro y “sentir” lo distinto que es hacerlo por el interior de una barra de cobre, ejercicios sencillos de Control Mental, abriendo canales.

Incluso podemos sentir “el sacudón” que se produce cuando esta parte de nuestra conciencia que se ha expandido “regresa” a su estado original dentro de nuestro cuerpo, debido al movimiento energético que se produce, acomodándose como una mano dentro de un guante; ésta es la mejor manera en que puedo describir cómo se siente ese regreso, siendo que esa conciencia nunca se ha ido, sino que solamente se ha activado.

Si lo ejemplificamos con la cebolla, diríamos que nuestro cuerpo físico estaría ubicado en el centro de la misma y que alrededor de ese centro existen infinitas capas de conciencia, en contacto entre sí como las capas de la cebolla, y más aún. Y entre dichas capas viaja la conciencia y se realiza la conexión vibratoria que trasciende las cuatro  dimensiones de ancho, largo, alto y tiempo.

La mayoría de esas capas, aunque están allí, no son percibidas por la conciencia física, es decir, por el pensamiento, el razonamiento, los sentidos físicos; hasta diríamos que no somos concientes de ellas al grado que en muchos casos ni siquiera sospechamos que estas “capas” existen y que todos las tenemos.

Desde el punto de vista de la religión, podríamos decir que esas infinitas capas externas son mencionadas como las “blancas vestiduras”, para ser interpretadas por otro medio. Blancas, cuando vibramos en armonía con lo Superior.

No percibimos que el comportamiento de nuestro cuerpo, y aún principalmente el de nuestra mente, nuestro pensamiento, nuestras emociones, es reflejado en estas capas exteriores y modifica los campos vibratorios alrededor de nuestro cuerpo físico, y éstos pueden ser captados o percibidos como colores.

Por ejemplo, cuando nos sentimos profundamente enojados, dichas “vestiduras” se tornan rojas porque el enojo es una vibración de bajo espectro, que no nos favorece ni tampoco favorece a nuestro entorno porque inclina la concentración de energía hacia lo material en lugar de hacerlo hacia lo espiritual.

Y así propicia que los hechos materiales negativos ocurran, como por ejemplo que el karma en suspensión se manifieste en ese justo momento y se concrete en hechos que calificaremos como perjudiciales para nuestro vivir, o como lo que denominaremos vulgarmente como “mala suerte”.

Nuestras mascotas ya han aprendido a interpretar esos colores y como pueden verlos, saben reconocer inmediatamente nuestro estado de ánimo y aún nuestras intenciones. El perro agacha su vista y su cabeza cuando percibe que estamos irritados y en ese momento pensando en castigar su travesura, mientras que nosotros creemos basados en nuestros parámetros humanos que él sabe que ha hecho algo incorrecto, al ver su comportamiento sumiso.

Sin embargo, él no lo sabe; en su inocencia, él solo entiende de jugar y entretenerse, sin preocuparse por si es o no correcto, si tiene valor o no lo tiene, porque no tiene conciencia de ello hasta que no aprenda que su dueño reaccionará de una determinada forma ante tal o cual comportamiento. Por eso, generalmente basta con mirarlos a los ojos, hablarles (también es una manifestación energética) y ellos entenderán nuestra aprobación o desaprobación.

Ellos ven claramente la tonalidad de ciertos cuerpos externos nuestros o sea, expresiones energéticas externas que nosotros mismos no vemos, pero que forman parte de nosotros, van con nosotros, y que constituyen nuestras “capas de la cebolla” exteriores a la piel.

Si reunimos en grupos a ciertas frecuencias de estas capas tal como vemos reunidos a los colores del arco iris, entonces decimos que el cuerpo posee varios cuerpos interpenetrados así como hacemos diferencia en los siete colores entre el extremo rojo y el otro extremo violeta, y así podríamos considerar que el alma también posee distintas fracciones, siendo que todo el ser es una absoluta y compleja continuidad de frecuencias, que incluyen información de todo nuestro pasado y aún nuestras distintas posibilidades de futuro.

La información del pasado está archivada en “capas” como las hojas de un libro y la del futuro no contiene los hechos que van a suceder sino las condiciones en que deberemos aprender tal o cual lección, es decir, nuestro Proyecto de Vida en este plano. Por eso los Guías nos expresan “más adelante vas a tener oportunidad de…”.

Conduciéndonos correctamente en nuestra forma de vivir, conseguiremos que las vibraciones de nuestro cuerpo tanto físico como etérico se mantengan alineadas y vibrando en concordancia, en fase, como cuando cruzamos los dedos de ambas manos: a eso lo llamaremos “salud” y nos llevará al bienestar y a la paz interior.

A veces lleva cierto tiempo de depuración de malos hábitos e incorrectas formas de pensar y de actuar, pero es posible mejorar porque la tendencia a la vibración armónica es más fuerte que la inclinación al error. Como decir que es más fácil “portarse bien” que “portarse mal”, sólo que la conciencia humana considera más divertido el portarse mal. Todos los días podemos ser mejores que el día de ayer, y en eso se basa la evolución, o sea, el desarrollo de la vida.

Así, la vida sería nada más ni nada menos que paquetes de información ordenada que viajan conectados con el fin de evolucionar. ¿No sería eso muy similar a definir el ADN cuando activamos sus conexiones apagadas?

Por eso calificar a una persona refiriéndose solamente a su inteligencia o a su cuerpo, es una aberración, una limitación injusta que sólo admite una mente estrecha o desinformada. Sería como intentar definir al Universo en función de lo que podemos observar sobre la Luna y el Sol; todos estarían de acuerdo en que eso sería una apreciación muy limitada y sin sentido. Cada ser humano es un universo en sí mismo, por lo que habría que ser muy prudente en intentar definirlo, aún analizando su Carta Natal.

Por otra parte, el cuerpo humano no es solamente lo que se ve, así como una persona no es solamente lo que muestra. Tampoco el alma es un solo elemento, por lo que no podemos decir que el alma se va, o que el alma viene, como he leído en algunos artículos en los que se considera al alma como un paquete que posee límites definidos, o que sale y entra en el cuerpo como ponerse o sacarse una dentadura postiza; también esto se trata de una interpretación sumamente limitada.

¿Tiene alma ya el feto dentro de su madre, o bien el alma recién entra cuando la criatura nace? Esto no puede determinarse si uno se basa sólo en la consideración de que el alma es una unidad rígida e indivisible.

Yo personalmente he hecho regresión a cuando estaba en la panza de mi madre y he podido revivir lo que me pasaba allí antes de nacer, pero también podía sentir al mismo tiempo lo que estaban experimentando mi padre y mi madre. ¿Dónde estaba mi alma, si era una sola unidad? ¿Adentro o afuera?

Podemos separar algunas capas de la cebolla y no por eso dejarán de ser parte de una cebolla, de esa misma cebolla de la que las hemos separado.

Por ejemplo, la explicación de la degradación progresiva de un cuerpo muerto consiste en que las capas de su espíritu se van separando del cuerpo físico a medida que pasa el tiempo, pero aún quedan residuos en sus cenizas cuando se ha incinerado; se van reagrupando gradualmente, fuera del cuerpo en su acercamiento final hacia reintegrarse al TODO.

El cuerpo muerto aún posee parte del alma estando sin vida, pero sólo la fracción de menor vibración. Esto lo he comprobado al observar la agitación de las mascotas al llegar un familiar a la casa con la urna que contiene las cenizas de su dueño muerto e incinerado. Reconocen su presencia, o al menos parte de su presencia; no su olor, sino su vibración elemental.

También he observado los colores de esta energía residual rodeando el cuerpo físico en fotografías Kirlian tomadas a una mosca que recién ha sido muerta, pero en una ocasión he visto salir caminando lentamente una figura dorada del cuerpo de un gato en el momento de morir éste.

Si bien el alma de los animales (a diferencia del ser humano, que posee su propia alma individual) se reintegra en una sola alma comunitaria, una parte de la vibración (la más elevada) deja el cuerpo mientras que otra parte se conserva y va desocupándolo gradualmente a través del tiempo, y “ambas partes” permanecen en contacto.

¿Qué era esta figura dorada que se desplazaba fuera del cuerpo? ¿El alma del animal o las frecuencias más elevadas del espíritu que lo animaba antes de morir, buscando reintegrarse a su alma grupal?

Poco a poco la materia cuando muere deja en libertad a su ánima; esto significa que por respeto y amor, no deberíamos apegarnos a esas cenizas de un ser humano o de una mascota porque estaríamos interfiriendo en el mecanismo de reintegración del ser que ha partido.

Por un momento, pensemos en el hielo, en el agua y en el vapor de agua, y palpemos cómo los consideramos distintos aunque todos están compuestos de los mismos átomos pero en estados diferentes. Nadie que vaya a comprar hielo va a aceptar que le den agua o vapor, y sin embargo, el material es el mismo. ¿Qué lo diferencia entre sus tres estados? La amplitud de su vibración molecular, solamente; el “alma” constitutiva del hielo es la misma que la del vapor, pero su vibración es diferente porque tienen movilidad y frecuencias de oscilación diferentes.

Conclusión: podemos interpretar que hay una continuidad absoluta entre nuestro cuerpo físico y nuestros cuerpos astrales, completamente energéticos, vibrando en frecuencias ascendentes desde lo material hacia lo espiritual, pero en forma continua (somos una sola entidad).

O también podríamos considerar que poseemos un cuerpo con distintos rangos de frecuencia vibratoria que se manifiestan en el estado sólido y un alma vinculada a él con distintos paquetes o espectros de vibración hasta llegar a un valor elevado tal en que puede hacer contacto con el TODO (somos un conjunto de capas interpenetradas).

En cualquier caso, estaríamos en lo cierto, siempre que no olvidemos que existe una sagrada conexión entre todos estos cuerpos vibrantes. Percibir esto es justamente recibir la Conciencia Crística, saber reconocer que si bien somos individuos, todos somos parte del “alma universal” del TODO. De considerar todo esto es que podríamos hacernos concientes de la continuidad de existencia de los infinitos cuerpos del ser humano.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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