¿A QUIÉN CONDENAS CUANDO DECIDES UN ABORTO?
Cuando una mujer aborta a su bebé concebido no solamente interrumpe el embarazo. Muchas mujeres creen que esta situación sólo compete a su cuerpo y por lo tanto se sienten en derecho y por eso protestan sintiéndose limitadas por la prohibición de realizarlo, pero ignoran muchos hechos que resultarán graves más que nada para su propia persona y para sus cercanos.
Si bien en la actualidad existen muchos medios de anticoncepción, la irresponsabilidad de las personas hace que estos “embarazos no deseados” sean frecuentes cuando sería tan sencillo evitarlos anticipadamente, salvo algunos conocidos casos especiales.
Es necesario analizar y dar a conocer la realidad de este tema a fin de que sea reflexionado antes del hecho para que se tome conciencia y no se encuentren luego estas personas inmersas en situaciones “inexplicables”, así como posteriores relaciones de inarmonía familiar como consecuencia de esta decisión errada causada por el desconocimiento.
Primero sería necesario que la mujer tome conciencia de lo que es realmente un embarazo, porque muy pocas de ellas y casi ningún médico están en condiciones de saberlo. No me refiero al aspecto meramente físico, en cuyo caso existen médicos formados profesionalmente en esta especialidad; desde ese punto de vista no opinaré porque no me encuentro calificado. Sí lo haré desde el otro aspecto, el espiritual, que guste o no, créase o no, tiene profundas influencias futuras sobre estas personas vinculadas al proceso de un aborto.
Lo principal sería distinguir lo que significa SABER de lo que se entiende como CREER. Lo que comento a continuación no se basa en lo que yo creo sino en lo que he investigado y experimentado, inclusive personalmente mediante regresiones a mi estado como feto en la panza de mi madre, a lo experimentado al momento de pasar por el canal de parto, y al instante mismo del nacimiento tal como se considera por la sociedad humana, y por eso sólo haré mención a lo que lo sé porque lo experimenté personalmente.
En otros artículos he descripto los procesos espirituales relacionados a la entrada (nacimiento) y salida (fallecimiento) del alma de su envase material, el cuerpo. Si el lector desea referirse a ellos, éstos son los enlaces:
LOS INFINITOS CUERPOS DEL SER HUMANO, Parte 2 de 2
https://www.elsenderodelser.com.ar/2017/05/31/los-infinitos-cu…ano-parte-2-de-2/
LOS INFINITOS CUERPOS DEL SER HUMANO, Parte 1 de 2
https://www.elsenderodelser.com.ar/2017/05/29/los-infinitos-cu…ano-parte-1-de-2/
CUANDO LLEGA LA HORA DE LA MUERTE
https://www.elsenderodelser.com.ar/2016/10/08/cuando-llega-la-hora-de-la-muerte/
LOS PACTOS EN LOS PLANOS SUPERIORES: nacimiento – anteproyecto – influencia del plan de vida y de vidas anteriores
https://www.elsenderodelser.com.ar/2016/05/30/los-pactos-en-los-planos-superiores/
¿QUÉ NOS SUCEDE CUANDO NACEMOS?
https://www.elsenderodelser.com.ar/2016/05/27/que-nos-sucede-cuando-nacemos/
¿QUÉ NOS SUCEDE CUANDO PARTIMOS DE ESTE PLANO?
https://www.elsenderodelser.com.ar/2016/05/21/que-nos-sucede-cuando-partimos-de-este-plano/
Tal como describo en estos artículos, momentos antes de la concepción, el alma del nuevo ser ronda al cuerpo de la madre siendo testigo del hecho de su concepción y a partir del instante en que ésta se concreta, situación aún desconocida por la madre, parte de la Energía del nuevo ser se incorpora en esas células a fin de dirigir su crecimiento, mientras que el resto rodea a la futura madre y forma entre ambas almas un puente de estrecha unión en pleno amor.
Es decir, que la mujer YA debe considerarse MADRE a partir del momento de quedar embarazada. Ya tiene en su interior una vida y no solamente un grupo de células, que no son suyas sino producto de la unión de ambos componentes madre-padre.
Por lo tanto, se trata de un ser independiente, sobre quien no tiene derecho alguno porque sólo ha sido elegida para ello por su futuro hijo y ella ha acordado el embarazo, haya sucedido de la forma que haya sido. De no existir ese previo acuerdo, el embarazo nunca se habría producido.
Esto nos dice que el cuerpo de la madre ha sido seleccionado para contener a su huésped, la pequeña criatura. De no haberse previamente sellado el pacto de maternidad, nunca esa alma nueva se acercaría porque esto sería considerado como una invasión y una interferencia en el plan de vida de la mujer. Por eso NUNCA un embarazo es una casualidad, sino por el contrario, un acuerdo entre almas.
Interrumpir voluntariamente este embarazo significa violar las condiciones de ese acuerdo, que para la escasa visión de los seres humanos, nunca ha quedado asentado ni firmado por nadie.
Si bien la comunidad médica considera que la madre es fértil durante sólo dos días en el mes, la realidad según la Astrología y la Numerología es que durante esos dos días en que la mujer está preparada para embarazarse, cuando cambia su temperatura, solamente hay un período muy breve de alrededor de 3 horas durante el cual el óvulo permite ser fecundado, en función del período de la Luna.
Tres horas en el mes nos están sugiriendo que un embarazo dista mucho de ser “casual”, sino más bien, ha sido programado; esto se comprende solamente si se consideran leyes de otros planos más allá del plano en que vivimos físicamente.
Debido a lo que explico sobre las sincronicidades del nacimiento en los otros artículos, el alma del nuevo ser acompaña a la madre durante los nueve meses de embarazo y se establece entre ellos un lazo de amor, independiente de si la mujer desea o no estar embarazada, porque esta unión es meramente espiritual y no interviene en ella la conciencia física de la madre; se trata de una unión entre almas, que continuará aún después del nacimiento.
El ser que habita en el vientre de la madre tiene plena conciencia de lo que sucede tanto en el interior como en el exterior. Reconoce y vibra feliz con la voz de su madre, y asimismo por integrar la parte física de ella, comparte sus emociones, sus alegrías y sus penas. También comparte sus adicciones; si la madre bebe, fuma o se droga, lo mismo experimenta el futuro bebé.
Al nacer, éste sufrirá el síndrome de la abstinencia si es que no es alimentado por la leche de la madre, y en la medida que va creciendo, él también se vuelve adicto. Por supuesto que cuando ya sea niño, se verá privado de estos vicios y entonces, sin poder comunicarlo, estará sometido a una abstinencia obligada con el sufrimiento que ello conlleva.
Esta responsabilidad es de su madre viciosa pero ella es ignorante del calvario a que somete a su hijo. Por eso la gran responsabilidad de ser madre no puede ser comparada con ninguna otra clase de responsabilidad, y muchas mujeres lo saben y así lo sienten, pero lamentablemente otras no.
Pero volvamos al tema del aborto. Cuando se produce este tétrico acontecimiento del aborto, el cuerpito incipiente del bebé sufrirá los malos tratos necesarios para ser retirado del vientre de la madre, y consecuentemente, su alma deberá también interrumpir bruscamente su relación con la madre y se verá privada de dicha relación, con las consiguientes consecuencias en su Programa de Vida.
En otras palabras, el alma deberá retirarse obligadamente tal como sucede cuando una persona fallece, pero en este caso, el ser más querido por esa alma resulta ser su propio verdugo. La madre matará a su hijo, pero no sabe que este hecho no quedará impune.
Para aquellos que solamente creen que el bebé se considera una persona viva luego de haber dado su primera inspiración, esto no es un asesinato. En realidad, dado que el feto hace latir su corazoncito y se prepara para independizarse al instante cuando es cortado el cordón umbilical, claramente aún antes de nacer posee una identidad, que si no tuviera no podría ser separado del cuerpo de su madre porque no podría vivir independiente de ella.
Yendo a los procesos más íntimos, de carácter espiritual, mediante el aborto se interrumpe no solamente un embarazo sino DOS planes de vida, el del niño y el de la madre. El aborto es considerado en la dimensión siguiente tal como un asesinato cualquiera, y ciertas entidades que lo habitan se aferran a esto tomándolo como derecho de torturar a la psiquis de la “madre” que no ha llegado a ser madre, y que no sabe concientemente lo que ocurre pero en ocasiones nota que suceden algunos incidentes anormales en su vida.
Estas entidades explotan el sentimiento interno de culpa de la mujer y la persiguen de por vida en tanto puedan robar energía psíquica de sus experiencias inarmónicas durante su sueño o a veces, durante la vigilia.
Esto transforma a la mujer, alterando su estado emocional, y cuanto más se altera, más alimento energético brinda a sus perseguidores quienes explotan esta situación intentando volverla más difícil y permanente.
Esto se verá reflejado en los fracasos que enfrentará la mujer y que a su vez le producirán frustraciones muy difíciles de superar dado que no dispone de su plena energía para transformarlas en éxitos, ya sea en su faz de hogar, en su ámbito laboral, de pareja, etc. Se deduce entonces, que la mujer que solicita un aborto, no solamente condena a la muerte a un ser vivo sino que se condena a sí misma.
Según la mitología griega, el dios Saturno mataba y devoraba a sus propios hijos dado que él mismo había dado muerte a su padre, el dios Urano, y no quería sufrir la misma suerte. En el caso de un aborto, la mujer encarna voluntariamente la energía saturnina, que representa a la muerte provocada a su propio hijo, sin saber que también Saturno es el planeta al que los antiguos adoraban como quien permitía que ellos tuvieran sus cosechas o no, buscando su favor mediante las fiestas conocidas como Saturnales.
Esta energía saturnina, encarnada voluntariamente por la madre, también en forma paralela se expresará en su propia vida en otros hechos, provocando lo que Saturno representa, es decir: soledad, dolor, escasez, fracaso, muerte, tristeza, sufrimiento, limitación. Porque Saturno representa a la responsabilidad, y aquí hay una clara responsabilidad que asumir.
Por ejemplo, cuando esta mujer (en su gran mayoría las concurrentes son mujeres) decide encarar esta situación “anormal” que ella percibe que le frustra en su vida social, en su pareja, en sus estudios, etc. mediante una Constelación Familiar, allí se descubrirá que existe formando parte del entorno familiar de la mujer, otro ser frustrado y a veces hasta enojado, que pone piedras en el camino de la que hubiera sido su madre, a fin de ser notado, recibido y aceptado dándole su lugar como hijo aunque nunca nació.
Es necesario que se vea reconocido e incorporado con amor en el núcleo familiar a fin de que se calme y deje de poner dificultades en el camino de su “madre” a través de la inestabilidad de ella, viéndose ésta liberada cuando lo acepta como hijo, para continuar con su vida y con su desempeño normal. A ese grado afecta ese hecho, en el cual la mujer en su ignorancia cree que sólo condena a su feto, sin saber que se está condenando a sí misma en su vida futura.
Es sabido que cuando en una pareja, fallece un hijo, las probabilidades de separación se vuelven mucho mayores. Esto se debe a la interferencia del hijo fallecido o abortado que reclama su lugar en el grupo.
Por ejemplo, si hay una pérdida del embarazo de una mujer que tiene dos hijos vivos, en realidad, astrológicamente esa mujer tiene TRES hijos, no solamente dos, y cuando una madre me pregunta sobre sus hijos, se me hace obligatorio interrogarla por si ha tenido un embarazo interrumpido por la causa que fuera, porque sólo de ese modo puedo ubicarlos en su Carta Natal para determinar las características de cada hijo a fin de poder responderle sus preguntas con seguridad.
Como resumen, entonces, una vez que se ha concebido un niño, ya se ha fijado un lazo espiritual sagrado entre el alma del mismo y su madre. Ésta es la maravillosa capacidad de una mujer que un hombre desconoce y aún, es capaz de envidiar secretamente aunque esto no esté registrado en su conciente.
Sería preferible que la madre continuara con su embarazo y luego diera legalmente en adopción a su bebé, para alguna persona que esté en condiciones de brindar el amor que necesita esa pequeña criatura para crecer sana y exitosa. De esta forma, no se rompería abruptamente el lazo sino que se reemplaza una situación por otra y entonces no habrá heridas que cicatrizar.
La mujer que exige por su derecho al aborto no tiene idea de lo que le espera en su vida personal; al condenar a la muerte a su bebé, se está condenando ella por todo su futuro, más allá de las relaciones kármicas que establecerá para su porvenir, porque si bien éste puede no ser considerado un crimen según las leyes que rijan en el plano físico, sí lo es en los otros planos, y muy grave, lo que influirá en ésta y en su próxima encarnación.
Las grandes dificultades que existen en Argentina para una adopción legal se deben a la desidia y a la ignorancia de nuestros legisladores que no modifican las leyes a fin de que el trámite de adopción sea breve, por el bien de todos los ciudadanos involucrados, lo que haría innecesario un aborto (salvo casos en los que se justifique por causas válidas) y ayudaría a sanar esta sociedad tan condenada kármicamente, y así aumentaría el caudal de amor involucrado entre los seres que la componen.
Entonces, mujer, si es que decides, … ya sabes a quien condenas cuando decides un aborto.
El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo
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