VIBRAR ALTO

La mejor manera de lucha que tiene la Humanidad contra la oscuridad que nos amenaza y nos esclaviza, es vibrar alto; todos los escritos lo mencionan: “hay que vibrar alto”, algunos lo expresan para ayudar, otros por auspiciar la salud mental, otros porque ya creen tener comprado el pasaje para la Quinta Dimensión (conozco algunos casos), algunos porque piensan que así se distinguen del resto porque suponen que de esa forma van a ser elegidos y rescatados, en fin, la cuestión es que uno termina preguntándose: en definitiva ¿Qué significa vibrar alto? ¿Cómo se hace para vibrar alto?

La naturaleza del ser humano está diseñada para vibrar alto por principio, puesto que fue originada desde un Estado de Luz, pero tanta interferencia prefabricada no nos permite permanecer en el estado natural en que deberíamos vivir.

A aquellos que pretenden dominarnos (y lo vienen haciendo desde milenios) no les conviene este estado de paz, de contemplación, de alegría natural, que supone el estar vibrando alto. De allí que la naturaleza del ser humano haya venido siendo deformada a fin de que asumamos que el estado en que vivimos, lleno de angustias, dolores, tropiezos, enfermedades, desarmonías, sea considerado como natural. Cada tanto, estos satánicos personajes, determinan una “nueva normalidad” de forma de mantenernos en vilo, preocupados y angustiados por la inseguridad que implica el mañana en lugar de emplear nuestras energías y tiempo como para sintonizarnos con nuestro Creador.

De esta manera, frecuentemente se nos hace imposible vibrar alto porque el miedo nos lo impide; las complicaciones de la vida cotidiana, familiar, laboral, etc. nos lleva a pensar que la vida es así, aunque en realidad no debe serlo, pero estamos siempre influenciados de alguna manera, de forma de emitir bajas frecuencias de las cuales nuestros ancestrales vampiros energéticos, se alimentan.

Por ejemplo, para que se comprenda cabalmente, en la Cuarta Dimensión, el principal poder que rige, es el miedo. Mediante el miedo es que ciertas Entidades logran alimentarse y subsistir, manteniendo un supuesto poder por sobre los incautos que ceden a hacerles el juego. Esa misma mecánica, es la que se transmite a la Tercera Dimensión que habitamos concientemente; se trata de un mecanismo vicioso al cual ya nos hemos acostumbrado y al que resulta muy difícil sobreponerse.

Esta mecánica de vampirización se sostiene solamente porque las personas insisten en vivir ignorantes de que pueden ser libres de esta situación y desconocen que en ese caso no les pasaría nada, sino que, por el contrario, encontrarían una nueva forma más natural, sana, próspera y feliz de llevar adelante su vida. Al día de hoy, en que se encuentran tantos medios de información, y que educarse leyendo no cuesta nada, permanece ignorante sólo el que así lo desea; no hay motivos para que las personas vivan como en la edad de piedra, manteniendo vigentes todos los conceptos, tradiciones y creencias transmitidas de generación en generación.

Y sin embargo, así sigue siendo. Hay mundos nuevos y maravillosos que muchos van a irse a la tumba sin haberlos conocido; se trata de aquellos individuos a los que normalmente llamamos “dormidos”, y constituyen nada menos que el 90% de la Humanidad, lamentablemente. Parece como que nacieron para ser esclavos, ya que han sido educados para serlo, y viven naturalmente así revolviéndose en contra de aquellos que intentan hacerles ver que existe otra forma más sana y provechosa de llevar adelante la existencia.

Son aquellos dormidos QUE NO QUIEREN DESPERTAR, porque tienen miedo de hacerlo. Se trata del enorme porcentaje que prefiere seguir sufriendo lo que conoce, por temor a que lo nuevo, lo que desconoce, lo lleve a sufrir todavía más. Es decir, prefieren la cadena que les han colocado cuando nacieron, por temor a que se la cambien por otra más corta y más pesada, creyendo que vaya uno a saber qué incomprensible experiencia les esperaría si llegaran a vivir libremente, sin apegos, sin mandatos, sin creencias ridículas, sin dependencias. No es para esa clase de personas este artículo, y mucho menos, este blog, por definición, al menos con el fin para el que fue creado en su momento.

Pero volvamos a la pregunta: ¿Qué significa vibrar alto? Si bien es cierto que practicando la meditación pueden alcanzarse niveles de sintonía más elevados (vibrar alto), también es cierto que debería bastar con abstraerse de la contaminación humana y no humana en la que tenemos que sobrevivir en nuestro día a día. No necesitamos ser Maestros en el arte de alcanzar alturas místicas elevadas para que nuestra naturaleza humana cambie de estado de vibración.

Tal vez si lográramos desprendernos del miedo, de la ira, de la indignación que nos produce lo que sucede cotidianamente a nuestro alrededor, si lográramos purificar nuestros pensamientos, sanar nuestras emociones, soltarnos de negatividades tales como rencores, envidias, resentimientos, prejuicios y sentimientos inarmónicos hacia el medio en el que nos desplazamos, ya con librarnos de eso estaríamos vibrando alto, porque de ese modo estaríamos dando paso al brillo congénito que nos ilumina por dentro debido a que en algún momento, hemos partido del TODO, siendo solamente una chispa de Luz.

Claro, esto de pronto se convierte en requisitos difíciles de alcanzar, porque estamos acostumbrados a vivir así, pero en realidad no es tan complicado como lo parece. Nuestra naturaleza es luminosa, sólo que hemos permitido que, durante miles de años, oscuras capas de suciedad se hayan depositado ensombreciendo nuestro brillo original.

Si yo debiera resumir este contenido, diría que solamente se trata de ignorancia, de desconocimiento; como siempre digo, haciendo alusión al elefante encadenado, estamos hablando de esclavos que lo son, sólo porque ignoran que pueden ser libres.

La segunda pregunta se refiere a: ¿Cómo se hace para vibrar alto? Yo sinceramente creo que solamente es cuestión de decidirse a tirarse a la pileta, sin preguntarse si el agua está fría o en condiciones de brindarnos bienestar. Estoy convencido que a la mayoría de las personas esto les resulta un sinsentido, o bien, temen vibrar alto porque sospechan, en función de lo que han observado día tras día en su vida, que hacerlo no les reportaría más que perder el tiempo o tal vez, volverse incomprendidos para su entorno y por lo tanto, menos aceptados, como si la opinión del entorno fuera a rescatarlos y ponerlos a salvo.

Tal vez, con miedo a ser la oveja negra de la manada, o por el contrario, la mosca blanca, o al menos, la mosca que discierne que no se puede defecar en el mismo lugar donde se come; tal como lo hacen todas las moscas por su asquerosa manera de vivir.

Sin embargo, si no existieran las moscas, sería imposible deshacerse de la microscópica basura que traería graves problemas a la salud de la Humanidad, lo que nos dice, que hasta una mosca es necesaria en este orden de equilibrio que reina en el mundo, y que, por suerte o por desgracia, tiene un propósito cierto y definido dentro de la cadena de supervivencia que necesita el ser humano.

Vibrar alto entonces podría llegar a ser un estado natural tan solo si pudiéramos desprendernos de todos estos vicios de conducta que contribuyen a oscurecernos y a parecernos a nuestro fraudulento Dios, alejándonos de nuestro legítimo Padre, para nuestra desgracia y el relamerse de esta basura satánica que goza en atormentarnos y vampirizar la energía que emanamos cuando nos permitimos hacerles el juego.

Pero si decidiéramos probar el vibrar más alto de lo que cotidianamente lo hacemos, esto inmediatamente redundaría en una mejor salud física y mental, en un alivio para nuestra ansiedad, en una mejora de nuestro carácter, y en una mayor seguridad interior, puesto que de a poco, iríamos comunicándonos con la Vibración de nuestro Creador.

Es muy sencillo, por ejemplo, meditar. Hay quienes lo hacen y se sueltan a vivir experiencias de paz, y hasta puede que logren recibir alguna información desde su Ser Interior; y otros “quienes”, como yo lo prefiero, que hacen meditación dinámica en la cual, se puede aprovechar ese tiempo para trabajar sobre el cuerpo físico y el cuerpo astral, que en realidad, son lo mismo, pero considerados con diferente frecuencia vibratoria.

¿Cómo hacerlo? Es muy fácil: hay que sentarse en una silla cómoda (mejor que acostarse porque muchos pasan al sueño sin permitirse los momentos intermedios sanadores), colocar las manos sobre el regazo, cerrar los ojos, soltarse, aflojarse, tomar una inspiración profunda y al ir soltando el aire, poco a poco sentiremos cómo nuestro cuerpo físico se relaja, para luego, comenzar a recorrer con el pensamiento lentamente desde los pies hacia la cabeza, intentando detectar tensiones y aflojar esos tejidos y músculos en general, luego ir avanzando progresivamente hacia el torso sin olvidar de recorrer cada zona de nuestro cuerpo, la cintura, los brazos, el torso, la espalda y por último la cabeza, que intentaremos en todo momento que permanezca herguida en posición natural.

Cuando hayamos recorrido mentalmente todo el cuerpo, tomando conciencia de cada parte, externa e interna, incluyendo a nuestros órganos, sentiremos una sensación de calor o de vibración debido a la estimulación de la circulación de la sangre. Ya estamos vibrando alto, o al menos, más alto de lo que acostumbramos normalmente. Si repetimos el procedimiento, aún sentiremos mayor hormigueo en la piel, y eso resulta profundamente sanador, así como permanecer unos minutos, el tiempo que nos sea cómodo, experimentando este estado de gracia.

Si sentimos ganas de dormir, estaremos suficientemente relajados como para entrar en el sueño fácilmente, aunque no es recomendable que nos acostumbremos a hacerlo. Se trata de obtener control conciente sobre nuestro estado en lugar de abandonarnos a dormir.

Cuando queremos salir de este estado, tomaremos una inspiración profunda y de a poco, abriremos los ojos y comenzaremos a movernos lentamente, las manos, los pies, los brazos, las piernas, el cuello y finalmente, estando ya bien despiertos, nos decidiremos a ponernos de pie.

Durante el tiempo en que permanezcamos en ese estado, una vez que hemos logrado relajar todo el cuerpo, podemos dejar que nuestra mente vuele libre, sin control. Ese estado vibracional, que se conoce como “nivel Alpha” (también conocido como “trance”) corresponde a un nivel de relajación muy creativo, donde podremos recibir imágenes y hasta mensajes de nuestro ser interno, los que deberemos recordar luego porque suelen ser instructivos y útiles para ser aplicados en el diario vivir.

De todas formas, con este ejercicio no es suficiente; deberemos vigilarnos y esforzarnos en limpiar nuestra mente de todas las interferencias negativas mencionadas y así, aún en plena actividad, buscar que nuestra conducta refleje gradualmente una mejora en nuestras actitudes, en nuestras responsabilidades, en la consideración hacia los demás. Somos todos dedos de la misma Mano y no se espera que los dedos se lleven mal entre sí, sino que se complementen y se ayuden, para una mejor colaboración y un resultado óptimo como actores de esta gran Obra Teatral llamada Vida, a la que contribuiremos enormemente, sólo con aprender cada vez mejor, a cómo vibrar más alto.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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