¿PARA QUÉ DISCERNIR?

Deberíamos notar que en muchas canalizaciones se nos recomienda siempre… “discernir”. Parece ser la palabra de moda. Pero me pone un poco incómodo la falta de definición de cómo hacer para discernir. Me hacer acordar a aquellas clases de Control Mental, donde se decía muy alegremente…. “Relájate”. O en meditación: ”concéntrate”. A veces me ha causado tanta gracia mirar las expresiones que ciertas personas ponían mientras trataban de “relajarse” y “concentrarse”. Parece que pensaban que debían hacer un gran esfuerzo en hacerlo y en sus caras se reflejaba la tensión mientras intentaban “relajarse”.

Sin embargo, más allá de los abundantes consejos de relajarse, fluir, concentrarse, discernir… siempre noté que escaseaban las instrucciones sencillas y concretas para hacerlo. Sería como que la maestra nos dijera “multipliquen”, pero no nos enseñara las tablas. Sean buenos padres; sean buenos hijos; sean buenos esposos… ¿Y el manual del usuario… donde está?

RELAJARSE EN POCAS PALABRAS

Relajarse implica, en pocas palabras, “soltarse”, “dejarse ir”, como también podría tener sentido la palabra “abandonarse”, o también “acallarse”, o incluso “dejarse fluir”. Hoy yo le llamo entrar en el silencio, pero no en la ausencia de ruidos sino mentalizarse hacia el interior del ser de cada uno, en etapas progresivas: aquietar el cuerpo, luego acallar la mente, y finalmente buscar unirse al propio espíritu.

En los momentos de tensión, es muy importante aprender a relajarse. En mis épocas de juventud, las crisis me hacían temer y dejaban sueltas a mis emociones, desbocadas al galope, lo que consecuentemente paralizaba mi cuerpo y mi mente, porque “con semejante acelerada, me quedaba sin nafta en el camino”.

Obvio, la energía se ocupaba en las emociones y luego no quedaban restos para actuar ni para pensar. ¿Y donde se iba esa energía, que se ve que se escapa de alguna manera, porque después de la crisis uno termina agotado aún sin haber hecho nada para resolverla? Esa energía se desprende del ser que está bajo crisis y es absorbida por el Astral o por quien se aprovecha de nuestra crisis, e incluso puede ser el mismo vampiro que haya generado propositalmente dicha crisis.

Los seres que están en el Bajo Astral se alimentan de ella, y por eso buscan asustarnos, emocionarnos con miedos, furias, reacciones de violencia, sentimientos intensos de odio y rencor, intenciones de agredir, de forma que nuestra energía vital se desprenda y sea así vampirizada. La cuestión se reduce a alterarnos de algún modo, a desequilibrarnos, a confundirnos.

Ellos “se desayunan” con esa energía. Los otros, sus “hijos” encarnados, también se alimentan de ella, pero en el sentido que cuanto más débil quede su oponente, más fuerte se sienten ellos. Y esto ha sido una constante en toda la historia de la humanidad. Tal vez buenas personas, bien intencionadas, pero sin embargo incapaces de alimentarse del amor, se transforman a la larga en “vampiros energéticos” de sus hijos, de sus parejas, de sus amigos, de todos quienes les caen al alcance. Personas tóxicas que no han comprendido aún que, a través del verdadero amor, podrían ser plenamente alimentados, sin necesidad de “agotar” a sus víctimas del entorno.

RELAJARSE ES CLAVE EN EL PROCESO

Sí. Es imposible discernir cuando no se está relajado, cuando uno está preso de todas las emociones y sensaciones disfuncionales que le provoca justamente esa necesidad de “tener que discernir”. En resumen, la necesidad de discernir me puede tensionar y llevarme a la situación incongruente de no poder discernir. Obviamente, las emociones deben quedar sosegadas, postergadas, para que la mente y el cuerpo puedan ser capaces de prevalecer y poder actuar. Y entonces, tal vez allí podamos “discernir”.

¿QUE ES DISCERNIR?

Bueno, mi vieja amiga de adolescencia (cuando no existía Internet), la enciclopedia Espasa-Calpe, me decía que Discernir sería distinguir una cosa de otra, señalando la diferencia que hay entre ellas. Con “señalando” indicaría comprender la diferencia. Separar el trigo de la paja. Saber (y no solamente creer) que un algo es distinto de otro algo. Elegir con pleno conocimiento lo que está bien para mí, y descartar lo que no lo está. Y para eso, necesariamente debo estar informado a fin de poder discernir.

Una persona que recién haya hecho su asomo a la civilización no sabría distinguir entre un televisor, una computadora y un celular moderno. Todos emiten sonidos, todos muestran imágenes… ¡Qué confusión! ¿Y porqué a las personas les encanta que uno sea lo más chiquito posible (el celular) y que el otro sea lo más grande posible (el monitor)? En la civilización, están todos locos…. pensaría esta persona. En la selva tal vez este individuo sería un genio, pero en la civilización sería incapaz de discernir. ¿O puede que tal vez en “la civilización” no nos han dejado mucho para discernir?

¿ESTA ERRADO JUZGAR?

Siempre encuentro en los supuestos mensajes de seres superiores que se considera errado “juzgar”. Se nos pide discernir, pero sin juzgar. Yo me expresaría en el sentido de hacer uso del juicio de cada uno para poder discernir. Si no soy capaz de juzgar y separar lo que es cierto de lo que es errado, no puedo ser capaz de discernir. Sería distinto sin duda, “condenar”. Se condena cuando no hay pleno conocimiento de causa. Y entonces, por ignorancia, se cae en el error (y entonces se genera karma).

A ver si queda claro lo que intento manifestar: en mi opinión, para aprender a discernir deberemos aprender a juzgar. Es válido juzgar, pero preferentemente sin condenar. Y además, se puede (y se debe) juzgar a la actitud (o a la conducta) pero no se debería juzgar ni condenar a la persona. “Te portas mal” en lugar de “eres malo”.

Si no juzgo la conducta, no puedo establecer límites definidos y correctos, en equilibrio, y por lo tanto, estoy faltando al amor. A veces solamente es suficiente un suave… “¿Es necesario que hagas esto… o aquello? No sabes lo mal que eso me hace sentir…”. Esto llamará a la buena persona a detenerse y reflexionar, y casi seguramente optará por dejar de hacer eso que le estamos diciendo que nos hace daño. Pero también nos permitirá discernir que no se trata de una buena persona, cuando ignore lo que le hemos comentado.

¿Qué hacer luego de haber logrado discernir? Primero, es válido intentar el llamado a la razón, luego podría venir la advertencia y hasta una negociación inclusive, pero si esto no da resultados, llegó entonces el momento de la acción. Y la acción es ya, hace un minuto atrás: debe ser inmediata. Es un límite puesto por amor (un firme “parate” por amor…) que evita que la otra persona siga haciéndose daño a sí misma al intentar hacernos daño a nosotros.

Estimo que en estas instancias del hoy, ya ha llegado el tercer momento y entiendo que la Luz así lo entiende. Y por eso, así procede. ¿La Luz utilizando bombas nucleares bajo tierra? Si, ha sabido discernir que, a estas alturas, no existe otra manera. “Si aquellos días no fueran acortados, nadie sería salvo, pero serán acortados por causa de los escogidos.” (Mateo 24:22)

A veces un hijo necesita un coscorrón (no necesariamente literal) para que reaccione; la Oscuridad nos ha estado llamando a la reacción con sus coscorrones. Y no le hemos estado prestando la debida atención. La Luz permite que exista la Oscuridad, porque ésta tiene un porqué en este plano, y en general, ese importante “porqué” ha estado siendo alegremente ignorado. Es una falta de respeto, es una falta de reconocimiento, es una falta de amor. Y luego no nos quejemos si esa falta nos sale cara.

Si hubiéramos discernido y actuado en equilibrio desde el principio de los tiempos, no estaríamos en la situación en la que nos sentimos hoy. A la tercera, “el cerdo al precipicio…” (¿Te suena a conocido?).

LISTEN TO YOUR HEART

Mientras estaba creando este artículo en mi mente, se escuchaba suavemente una canción desde la PC que repetía… “listen to your Heart…” (Escucha a tu corazón). Esto me dice que no estamos solos, de eso no me cabe la menor duda. La canción, siendo que yo estaba oyendo música y no escuchándola (como suele hacerse con muchos consejos sanos), me daba la pauta de que me estaban mostrando otra pista. Listen to your Heart, escucha a tu corazón, repetía…

DOS FORMAS DE DISCERNIR

Separar lo cierto de lo errado puede conseguirse mediante dos caminos. Uno voluntario, reflexivo, que se refiere a la razón, y el otro (a veces más débil, a veces más poderoso) involuntario, normalmente incomprensible a la razón, desde el corazón. Uno SABE, aunque no sabe como, que tal cosa es así o no lo es.

Algo le dice a uno desde adentro “allí hay gato cerrado” (se suele escuchar “gato encerrado” –pobre gato-) por deformación de la frase a través del tiempo. Un “gato” era llamada antes a una bolsita, generalmente hecha con cuero de gato, que contenía las monedas de la época; lógicamente, si estaba cerrado, no se podía “discernir” si su contenido era cierto o falso. De allí proviene la expresión. En resumen, disponemos de dos maneras de discernir. Un mecanismo racional que nos enfrenta a las contradicciones de lo que estamos juzgando (analizando) y otro emocional, que nos indica sencillamente “me suena que por ahí no es…”.

EL MECANISMO TENEBROSO

Tenebroso proviene de “tinieblas”, así que sabes a quienes me estoy refiriendo. La Tiniebla no puede actuar abiertamente, sino en forma solapada. Un ladrón no puede venir a tocarte el timbre y decirte, muy alegremente, “cuando te descuides, te voy a robar” porque entonces no podría cometer el hurto (palabra que señala la sustracción de algo sin ejercer la violencia). Por eso, la tiniebla no puede “ladrar”, porque busca “morder” y consecuentemente procede en silencio cuando ataca. Y, añadiendo un elemento más al discernir, “se mueve lentamente, en silencio, disfrazándose, mintiendo”.

EL CONTRATO DE LA “NO AGRESIÓN”

Una vez estaba un loro parado en las ramas de un árbol, cuando notó que se acercaba un zorro con un papel en su hocico. El zorro, en ese momento, mirando al loro, deja el papel en el piso y le dice: Buen día, señor loro. Le vengo a comunicar que se ha firmado un contrato, que tengo aquí a mis pies, en el cual, a partir de ayer, ningún animal de la selva se puede comer a otro, es simplemente un contrato de “no agresión” para fomentar la hermandad entre los animales. ¿Podría bajar a firmar que le ha sido comunicado?

El loro, muy capaz de discernir, miraba al zorro sin la menor intención de bajarse de la rama, cuando en esos momentos, un tigre saltó desde la espesura y se arrojó sobre el zorro, quien a duras penas pudo eludir el asalto y trató de huir desesperadamente de las garras del tigre. El loro, muy divertido en su rama, entonces le gritó al zorro mientras éste parecía volar por sobre el pasto: ¡Mostrale el contrato…! ¡Mostrale el contraaatoooo…!

LENTAMENTE… EN SILENCIO.

Desde siempre la oscuridad ha sabido “manejarse en forma adecuada” para lograr “manejarnos en forma adecuada” a sus propósitos. Ellos saben muy bien, que su mejor táctica reside en actuar en silencio y en forma lenta. En mi caso, he aprendido que debo ponerme siempre imaginariamente en los zapatos del enemigo, para sentir qué pasos va a dar y cuales no.

Sea lo que sea que quiera hacer, la Oscuridad lo hará en silencio, para no dar advertencia. Y es lo suficientemente inteligente como para saber que los resultados definitivos sólo se consiguen en forma lenta. Las revoluciones agitadas, no sólo no dan resultado, sino que generalmente resultan justamente opuestas al fin deseado, porque a la larga, generan conciencia. Todo el mundo conoce este fenómeno, ellos también.

Tenemos un concepto equivocado de la oscuridad: ellos no son torpes, no son vacilantes, no son indefinidos. Tal vez nosotros lo seamos, pero ellos definitivamente no. Ellos saben lo que quieren, marchan en las sombras, y muy lentamente. Sus mejores amigos son la oscuridad, el engaño y su determinación a través del tiempo. No se manipula a la fuerza; eso sería agresión que justificaría una multitudinaria reacción que saben que no les favorecería. No desean despertar a nadie. Ese es su arte: el que hay que discernir.

LA ECUACIÓN CANTIDAD/PERMANENCIA

Las Sombras poseen un profundo conocimiento del ser humano. Mientras el ingenuo duerme la siesta bajo el árbol, se pasa media semana comentando el partido de futbol del domingo pasado y la otra mitad, especulando sobre el evento del domingo próximo, y además se sumerge fascinado en la sociedad de consumo comprándose el último celular que salió (a pesar de que ya posee uno de última generación, pero que… claro, ya lleva 6 meses de atraso), ellos estudian y analizan. Y disciernen, cosa que a nosotros nos cuesta tanto. Para ellos es muy sencillo, es negro o es blanco, como los alfajores. Estás conmigo o estás en mi contra.

Ellos saben perfectamente que…. se puede mantener engañado a alguien todo el tiempo, se puede engañar a todo el mundo durante algún tiempo, pero no se puede mantener engañado a todo el mundo, todo el tiempo. Y ésa es la base de su estrategia aparentemente cambiante pero que siempre sigue el mismo plan premeditado, que el ser humano no suele discernir.

Una vez (más tarde o más temprano) descubierto el engaño, ponen en marcha la fase siguiente, que por supuesto ya tienen pensada con anterioridad. Es su proceder siempre calculado y alevoso. Y hasta ahora, a través de cientos de siglos, les ha dado excelentes resultados. Y parece que todavía dejamos que les siga dando, porque no acertamos a discernir.

¿CUÁL ES SU PEOR MIEDO?

Ellos temen que, por fin, aprendamos a discernir. Que nos despertemos. Que un buen día se nos abra la conciencia. Alguien que piensa y siente, es su peor enemigo y por eso se especializan en “atontamiento”, en “anestesias”. La mentira, lo oculto, la anestesia, la droga (remedios, vacunas) todo lo que se disfraza, está representado por Neptuno/Poseidón, el mítico Rey del mar. El mar no es ni bueno ni malo, pero todos dicen que el mar es traicionero. Aparenta una cosa, pero es bien otra. Sin embargo, también Neptuno/Poseidón representa a la espiritualidad.

La Oscuridad no carece de espiritualidad, aunque eso sea lo que nos quieren hacer creer. Al contrario, la verdadera Oscuridad (no el pobre idiota, carne de cañón que va a robar y antes, toca timbre) posee un profundo conocimiento de las fuerzas espirituales, muy vasto, secreto y antiquísimo.

Ellos no son un enemigo fácil, no se trata solamente de encender la luz y entonces huirán espantados. Para nada. Ellos hasta se disfrazan de Luz, tienen la capacidad de hacerlo, aunque por poco tiempo porque no soportan el asco que les produce. Como decir “Me tengo que ir…”. Claro, a ducharme en mi ducha negra, si no me aguanto el olor a Luz que tengo. Por eso para ellos, el peor peligro es que nos volvamos capaces de Discernir, capaces de distinguir la caricia del Amor de la caricia nefasta que nos atrapa.

NO PODEMOS TOMAR A LA LIGERA A LA OSCURIDAD

Cometeríamos el mismo error de siempre al pensar que van a desaparecer como por arte de magia; que, ante un rápido ademán de la Luz, ellos huirán despavoridos. No seamos ingenuos. En cambio, pensemos que si tanto nos cuesta desprendernos de ellos… ¿No será que también cada uno de nosotros lleva dentro de sí, su semilla? ¿No sería prudente bucear en nuestras profundidades del alma para ver con discernimiento, si no es que compactuamos con ellos cada vez que les permitimos actuar sin ponernos de pie?

¿Porqué los Mensajes espirituales nos dicen que los humanos en general sentimos más atracción por lo mórbido, lo dramático, lo malvado, que por lo luminoso, y que estamos siempre a la caza de las malas noticias? ¿Será que somos Luz pura o somos mestizos?

Hay que buscar más adentro, hay que comprender cada actitud en la que les hacemos el juego, hay que preguntarse porqué nos resulta más cómodo consentir que reaccionar, más fácil aceptar que cuestionar, más “sociable” mirar para otro lado que enfrentar la realidad poniéndonos de pie. Con la mente y con el corazón, por una vez, si queremos salvar a esta civilización, urgentemente, resulta imperativo que aprendamos a DISCERNIR.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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