Por lo general, al Consultorio de Astrología suelen concurrir personas que pretenden “saber qué les depara el futuro”. Personas que no toman en cuenta que no existe UN único futuro, sino DISTINTOS POSIBLES futuros, de los cuales elegirán uno según la actitud que presenten hoy ante este presente. El encabezado expresa justamente la realidad, ya que las predicciones provienen de rastrear, interpretar y proyectar un Plan Cósmico que ha sido diseñado en el pasado de la persona, con el propósito de adquirir un aprendizaje, por lo que no se está leyendo un futuro, sino la lógica y posible consecuencia de un pasado enlazado a este presente, combinado con la actitud que hoy se sostenga.

No existe un pasado real, sino una interpretación que se ha hecho de lo ocurrido en realidad en el pasado. El futuro puede desviarse en la medida que acomodemos el presente y modifiquemos la lectura que hemos hecho de lo que ha ocurrido en el pasado; a lo que alguien me preguntará: ¿Entonces me estás cobrando una consulta para hablarme del pasado en lugar de predecirme en el futuro lo que pasará? Mi respuesta, como siempre será:

– Yo sólo te estoy describiendo claramente adonde vas a llegar si sigues en este curso de acción; para ello debo averiguar tanto lo que has experimentado en el pasado y cómo lo has interpretado, y ver cómo te dispones hoy, porque puedes cambiar tu futuro, modificando tu actitud.

Si mi “pronóstico” para la persona resulta positivo para sus deseos, entonces ella debería continuar fielmente con su curso de acción;  si considera que no le conviene, entonces debería cambiar de inmediato su caminar, pues el “futuro”que conseguirá dependerá de su elección. Por eso no se habla de futuro sino de “líneas de futuro” dependientes de la conducta del individuo. Para localizar con gran probabilidad cada una de dichas “líneas de futuro” se hace necesario ubicar exactamente un punto de origen en el pasado, localizar con precisión dónde está actualmente situado el individuo e identificar claramente en qué dirección camina.

Este procedimiento  es realmente simple, habiendo localizado fielmente el punto pasado y el punto presente, y comprender cómo han sido experimentados o sentidos por la persona; extrapolando, es decir, siguiendo una recta definida por los dos puntos mencionados, se llegará a un tercer punto, que definirá el resultado futuro.

La eficiencia del proceso depende de disponer de las herramientas apropiadas y saber utilizarlas correctamente, luego hay que conseguir establecer los dos puntos de pasado y presente, para fijar la recta que nos señale la consecuencia, es decir, el futuro, como por ejemplo:

Pasado – – – – – – – – – –  Presente – – – – – – – – – Futuro

Distinto y preferible es el caso en el que la persona que consulta busca conocer exactamente cómo y dónde se encuentra ubicado, ya que es muy normal que nuestra mente carezca de la objetividad necesaria para señalarnos con veracidad nuestra real posición o actitud ante cada situación.

Por ejemplo, muchas veces tenemos miedo de algo que no tiene probabilidad de suceder, tanto como otras veces caminamos inadvertidamente hacia el precipicio, creyendo que vamos correctamente por la ruta apropiada.

Tal como he indicado en otros artículos, con el objeto de realizar un aprendizaje terreno cada ser que nace trae un elaborado Plan de Encuentros. Este plan proyecta encontrarse con tal situación o con tal persona en determinada ocasión de su vida, lo que presentará una oportunidad de aprendizaje de uno de los temas ya proyectados para ser aprendidos.

La situación es similar a llevar adelante un estudio universitario donde el plan de estudios indicará cuáles materias se deben aprobar para recibirse, pero no dirá cómo ni cuando se deberá cursar o aprobar tal o cual materia, o si el alumno aprobará con un 10 o con un 7, o si se deberá comenzar este año o el año que viene. Esto será elegido por el futuro alumno.

Lo mismo sucede con el Tarot. Cada tirada de cartas expresará lo que ha sucedido en el pasado, o mejor, cómo ha sido interpretado por el individuo lo que sea que haya sucedido; por otro lado es necesario establecer la realidad de la situación presente, y cómo se proyectará esa situación hasta concretarse en un resultado de la elección tomada si el individuo permanece orientado en la misma dirección y sentido.

Por lo tanto, sabiendo el probable resultado de lo que se obtendrá, el consultante tiene el albedrío de cambiar lo que logrará, a su favor y según sus intereses.

¿Se trata entonces de futurología? Posiblemente no, pero sí. Las artes/mancias como el Tarot, las Runas, etc. o una arte/ciencia como la Astrología o la Numerología, servirán en todo caso para aquella persona que busque saber si está caminando en el sentido correcto o si debe hacer un cambio en su dirección a fin de cambiar su proyección de futuro. Esto siempre será positivo en tanto la persona rescate un aprendizaje, tal como su Plan de Encuentros se lo marca.

En tal caso, la Astrología, como el Tarot y la Numerología, servirán de indicadores en el rumbo para señalarle a la persona si está encarando correctamente la situación para alcanzar con certeza el objetivo deseado.

El lector debe conocer ya que hasta la fecha se han pronosticado muchas predicciones que no se han cumplido, por ejemplo, ya hemos tenido unas 10 fechas señaladas en las que se terminaba el mundo, y sin embargo, el mundo sigue allí, y probablemente en el mismo estado seguirá.

Esto será interpretado, a saber: por el distraído como que las predicciones no se cumplen, por el descreído como que tiene razón al no creer en nada, por el creyente religioso como que Dios a último momento cambió de opinión, y por el fanático como que pretender averiguar el futuro es pecado y por lo tanto, conduce al infierno. La actitud de cada uno dependerá de sus creencias.

Sin embargo, falta la postura del sabio: comprender que de algún modo y a partir de algún momento, los mecanismos que emplea la vida en este plano, han cambiado en su dirección y sentido.

Lo que no se entiende es que tanto el creyente como el fanático, lean todos los días en sus libros sagrados que ha habido profetas en todos los tiempos, ya citados en los mitos griegos, y crean a pie juntillas en esos profetas citados en sus libros sagrados, y los adoren, pero sin embargo dicen no creer en las profecías.

Hace pocos días me encontré con un joven profesor de gimnasia que sabiendo que soy Astrólogo y Profesor en Parapsicología, y en su momento habiéndole yo predicho un año antes a la que hoy es su esposa, que próximamente iba a encontrar un novio (que resultó ser este profesor de gimnasia) me repitió varias veces que él sólo creía en lo que veía y que por lo tanto para él las predicciones no tenían ningún sentido. Por supuesto que coincido con él en creer en lo que veo, ya sea en la Carta Natal o en la tirada de los Arcanos de Tarot sobre la mesa.

Claro que estuve a punto de responderle que tenía razón, puesto que mirando las cosas a su manera, por ejemplo yo no debería creer que la gimnasia sirva para algo porque lo único que veo tras una sesión de gimnasio es sólo transpiración y cansancio, y por lo tanto, debería llegar a la conclusión que los profesores de gimnasia no sólo están engañando a la gente sino que además les están provocando daño.

Pero después recordé que cada uno tiene el derecho de pensar lo que quiera y tener todas las ideas luminosas o estúpidas que su tipo de mentalidad le permita. Entiéndase, clasifíquese, numérese, archívese y olvídese.

Cientos de veces ya, se ha predicho el Apocalipsis, y aquí estamos hasta el momento. Para ser más exactos, sólo se ha predicho una de las líneas de futuro posibles; puede que mañana a la mañana se levante de mal humor uno de los presidentes de alguna potencia nuclear, el coloradito con pecas, el peladito de traje y corbata, o el gordito fanático de los misiles, y se le dé por apretar algún botoncito rojo para ver qué pasa, y bueno, entonces ya me despido y será hasta la próxima encarnación en vaya a saber qué otro planeta, porque éste ya no va a servir para nada.

Si uno de estos señores aprieta el botoncito, entonces alguna predicción de algún iluminado se cumplirá; mientras no lo haga, seguiremos felices comiendo perdices como reza el cuento, o los vegetarianos también felices pero comiendo ensaladas. Convengamos entonces que las predicciones y la futurología no son milagrosas sino que están ambas condicionadas a los hechos del presente y al rumbo que tome cada quien.

No me sirve de nada que la señora Dolores Fuertes de Barriga paseando con su esposo, el señor Prominente Barriga, me encuentre por la calle y me diga que acerté en mi pronóstico porque hace una semana la echaron del trabajo tal como le avisé; en todo caso sí me sirve que me cuente que reflexionó sobre lo que le expliqué, que decidió cambiar de actitud, que habló con su jefe, le comentó que había comprendido que estaba errada en su proceder, le pidió disculpas y entonces, que el jefe la felicitó y ahora le sonríe todos los días. Por lo que entonces “mi pronóstico falló” porque no la echaron, lo que me pone muy contento ya que así Dolores comprendió que ella es la única dueña y responsable de su futuro.

Mi trabajo no es pronosticar desastres, sino por el contrario, ayudar a evitarlos si es que las personas que me consultan se dignan escucharme y se toman el trabajo de considerar y comprender lo que les explico. Tampoco mi tarea es guiarlos, ya que demasiado trabajo tengo intentando guiarme a mí mismo; yo no soy un guía ni un ejemplo para la vida de nadie, solamente cumplo mi tarea como el empleado de la Oficina de Turismo o bien, simplemente el GPS que muestra que si sigues por la derecha encontrarás un arroyo pero que si tomas por la izquierda llegarás a una rotonda.

Por favor, elige, tú elige tu posible futuro, porque es tu vida; no delegues esa responsabilidad y ese poder en nadie, no te abandones a las predicciones ni a la futurología, sino que mejor aprovecha la información que puedan proporcionarte y modifica apropiadamente tu caminar para entonces lograr tu propia conveniencia.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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