FRAUDE EN LAS NARICES DE LOS FISCALES ELECTORALES
Hoy voy a relatar el procedimiento paso a paso de cómo puede ser ejecutada una de las muchas clases de fraude electoral, lo haré tal como si fuera una receta de torta, con todos sus ingredientes, de forma que se pueda estar alerta a ese respecto en el caso de cualquier próxima fecha de elecciones.
Ingredientes:
1 – Una masa concreta de votantes indecisos, o personas mayores de 70 años que no tienen obligación de votar, o indiferentes, o cualquier otra persona que haya decidido no ir a votar.
2 – Sería ideal que los individuos estén en necesidad económica para prestarse al fraude.
3 – Los mismos deberían estar flojitos respecto de convicciones, de interés ciudadano y de patriotismo. No resulta muy difícil encontrar personas así, hay en cantidad.
4 – La complicidad de los integrantes de una fracción política determinada que esté dispuesta a hacer el fraude.
5 – Cierta cantidad importante de dinero, que no interesa por qué medios haya sido obtenida.
Procedimiento, paso a PASO:
1 – Un individuo de la agrupación política dispuesta al fraude, deberá concurrir lo más temprano posible a la mesa electoral. Luego de verificar su identidad los fiscales de mesa le entregarán un sobre firmado por ellos mismos a fin de que entre al “cuarto oscuro” para introducir su boleta en dicho sobre y luego colocarlo dentro de la urna.
2 – Ya en el cuarto oscuro, el individuo sacará una foto del lado de las firmas del sobre, antes de salir para votar.
3 – Luego de emitir legalmente su voto, se dirigirá a entregar la foto a sus cómplices a fin de que éstos puedan falsificar las firmas en diversos sobres idénticos.
4 – Dentro de estos sobres ilegales se introduce la boleta correspondiente y se cierran.
5 – Se le entregarán dichos sobres a los primeros “ciudadanos” dispuestos a recibir el importe prometido una vez que voten.
6 – El “ciudadano” lleva confiado el sobre apócrifo pero ni siquiera podrá saber a qué partido político está votando dado que el sobre le ha sido entregado cerrado.
7 – Este individuo, ya en el cuarto oscuro, se guardará entre sus ropas el sobre legal abierto que le han entregado los fiscales de mesa y luego, en su lugar, introducirá en la urna el primer sobre cerrado que le entregaron previamente y que ha sido falsificado sin que los fiscales sospechen, dado que para que descubran su falsedad deberían analizar las firmas del sobre desde cerca y detenidamente, acto que a mi edad tras muchos actos electorales, nunca he visto hacer. Es más, simplemente he observado atentamente que alguno de ellos solamente se fija en que el sobre sea introducido a fin de otorgar el comprobante del voto.
En el caso de ser descubierto este sobre al hacer el recuento de votos, lo que es altamente improbable, ese voto sería anulado sin consecuencias para quien ha votado porque el voto es secreto y no se sabe quién fue.
8 – El individuo que ya votó, ahora se dirigirá al lugar donde están los participantes de la maniobra llevando el sobre legal abierto, a recibir el importe prometido.
9 – Éstos, luego de verificar que el individuo ya ha votado y que trae un sobre legalmente firmado y abierto, le entregarán su “salario negro”.
10 – Ahora, dará comienzo a una cadena de votos pagados mediante sobres perfectamente legales, repitiendo el procedimiento cientos de veces. A cada votante se le entregará un sobre legal cerrado, pero luego el participante deberá regresar con uno legal abierto a cobrar su dinero. De esta forma, la agrupación política se asegura los votos a su favor; tantos sobres, tantos votos.
11 – El proceso se repite indefinidamente hasta la finalización del comicio en dicha mesa, en tanto se consigan votantes dispuestos a cobrar por votar, no importa a qué candidato sea, a cambio de la suma prometida de dinero.
En el caso de una zona donde hay sujetos de bajos recursos, es muy fácil encontrar mucha gente dispuesta a participar de este procedimiento, pero es requisito para quienes orquestan la maniobra que las “mulas” que introducirán el voto desconocido sean personas que no iban a ir a votar, por ejemplo personas mayores de 70 años, otros que no tenían decidido a quién votar, algunos que no les interesara quién ganará la elección o simplemente uno cualquiera que no fuera simpatizante del partido que cometerá el fraude porque si es simpatizante, entonces se perdería un sobre.
Dado que el participante de la maniobra no puede saber a quién está votando, la cantidad de individuos que están en condiciones de prestarse a esto es muy grande y puede inclinar la elección en esa mesa hacia donde se desee. Y así se puede hacer en las demás mesas electorales.
Generalmente el dinero disponible para financiar la operación ha sido recaudado de ilícitos anteriores, de la droga, de la corrupción, etc. o simplemente resulta una “inversión” de alguien que tiene interés en ser elegido y que recuperará y multiplicará muchas veces el importe durante su gestión a cambio de múltiples maniobras fraudulentas.
Cabe remarcar que este mecanismo garantiza impunidad tanto a quien vota como a quien lo planifica; los fiscales, luego de varias horas de permanencia están cansados y ansiosos por llegar de regreso a descansar o a continuar con sus actividades personales y por lo general, en el recuento de votos se presta importancia a las boletas y no a los sobres.
Por otro lado, se demora intencionalmente el recuento a fin de que los fiscales estén más propensos a finalizar e irse a su casa que a observar con detalle. De este modo se burla el control sobre el procedimiento del voto ya que todos los sobres menos uno falsificado (o tal vez varios en el caso de una mesa con gran número de votantes) son perfectamente legales e incuestionables.
Ninguno de los participantes en el fraude podrá denunciar este procedimiento porque sería acusado de cómplice del delito electoral, y en general, a ninguno le importa otra cosa que obtener el “premio” a su participación.
Este procedimiento relatado muestra cómo personajes inescrupulosos pueden a su antojo manipular el recuento en una mesa electoral y son capaces de burlar las reglamentaciones al respecto, favoreciendo la elección de su candidato.
Dado que no en todas las localidades se han realizado modificaciones en el sistema, este supuesto (¿Supuesto?) procedimiento puede seguir teniendo validez y actualidad, por lo que es muy probable que se siga utilizando impunemente una y otra vez donde aún se vote mediante boleta.
Este inconveniente sería resuelto mediante el voto electrónico, pero todos sabemos que los servidores del sistema pueden ser hackeados, (así ocurrió en las elecciones de EEUU donde la candidata a ganar era Hillary Clinton pero resultó ganador Donald Trump, según versiones de redes sociales) y aún, de otro modo mediante programas de diseño gráfico se pueden alterar las comunicaciones del recuento de cada mesa y así, cambiar fácilmente los resultados. Hay videos en Youtube que lo muestran.
En este caso mencionado, los participantes que llevan los sobres cerrados no pueden ser identificados ni tampoco ellos mismos pueden identificar a la fracción política que les paga por el fraude, y dado que no existen pruebas, nadie podrá resultar acusado. Si alguno de los participantes más tarde se arrepintiera y quisiera declarar el hecho, solamente él se estaría involucrando a sí mismo.
Tal vez esta “receta” podría tan sólo ser una elucubración de mi parte con el fin de encontrar las debilidades de “un voto secreto en democracia”, pero es muy probable que a otros también se les haya ocurrido y la hayan llevado a cabo. Y posiblemente ya hace unos cuantos años que se venga haciendo.
Tal vez algún lector sepa para sus adentros que este procedimiento es perfectamente realizable y hasta sepa que ha sido realizado ya, por personas inescrupulosas cuya identidad es difícil de probar. También puede que quizás hace años que se realiza y muchos ciudadanos de la calle no lo conozcan; puede que este sistema hasta haya efectivamente decidido elecciones a la fecha ¿Quién puede aseverar con plena seguridad que no es así?
El fraude podría eliminarse por ejemplo, si el voto fuese cantado y registrado en cada caso, pero esto atentaría contra la libertad de elección, que al final, de un modo u otro, terminaría siendo burlada impunemente.
La misma obligatoriedad del voto implica que puede darse el caso de votantes indolentes que consideran un fastidio o una pérdida de tiempo el hecho de tener que desplazarse para ir a votar, siendo que puede que no les interese hacerlo, que estén desencantados con el sistema, que no les interesen los candidatos, o no tengan la responsabilidad de participar como cualquier otro ciudadano a quien le importa el destino de su nación.
También facilita este fraude la magnitud de votantes que está convencida que ninguno de los candidatos los representa o porque no consideran que haya opciones válidas para sus intereses.
Esto puede ser una de las tantas causas de los votos en blanco y éstos se prestan para la maniobra, dado que el votante se verá tentado a pensar: “voy a votar a cualquiera que ni siquiera conozco, pero al menos, me pagarán por hacerlo”, y si se encuentra en condiciones económicas difíciles dicha tentación puede ser importante o al menos redituable para su bolsillo.
Éstos son los riesgos de la democracia, que puede ser y en la realidad es, fríamente manipulada a su antojo por quienes tienen poder y dinero. Las denuncias públicas por TV indican que no es ésta que he relatado la única forma de cometer fraude, dirigiendo con el dedo la elección y burlando la justicia electoral, en las mismas narices de los fiscales.
El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo
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