¿CÓMO ENCARAS LOS PROBLEMAS EN TU VIDA?
¿Conoces el secreto? En mi trabajo como Consultor (tengo otras ocupaciones además) me encuentro siempre con personas que buscan asesoramiento ante algún problema; justamente ésa es mi tarea, ayudarlos a ver en claro su “problema” y sugerirles los caminos posibles para solucionarlos, opciones que ellos deberán analizar para ver cual es la más factible o la más provechosa dentro de sus posibilidades.
Pero paralelamente también busco hacerles ver que sus “problemas” no son problemas, sino que su verdadero “problema” está en su forma de mirar la vida, de considerar “el problema”, de evaluar la situación; algunos lo entienden, otros no. Se trata de la actitud hacia el “problema”.
Una persona muy cercana, cuando le dije que sólo tenía que cambiar su actitud para dar vuelta su vida, me respondió algo que me dejó sin palabras… me preguntó qué quería decir con “actitud”… ojalá lea este artículo, y tal vez ahora entienda.
Algunos, luego de tratar el tema, se animan a intentar vivir de otra forma, y su vida cambia; otros prefieren seguir viniendo a mí para que yo les asesore sobre cómo pueden solucionar el otro “problema” que les ha aparecido esta otra vez porque no me entendieron, o no quisieron, o no pudieron poner en práctica mi explicación sobre cómo encarar “los problemas”.
No sé si ya has notado que en el título del post hay un problema: la palabra “problema”. Yo debería haber escrito: “¿Cómo resuelves los ejercicios en tu vida?” Pero si lo hubiera hecho así, probablemente no lo hubiesen entendido en el sentido en que quiero darle al contenido del artículo.
Voy a comenzar, como corresponde, por el principio. Aunque también puede comenzarse por el final, pero en ese caso hay que pensar, y esto, para algunas personas constituye normalmente “un problema” porque tienen que hacer algo por ellas mismas.
A veces, la idea del “problema” de vivir es que ha habido algún desorientado que ha escrito, sin pensarlo demasiado, algo así como: “Se vive para ser feliz” y muchos otros desorientados lo han leído y en consecuencia se han planteado: “Hombre, entonces me ha tocado una vida de porquería; mi vida es un desastre, yo no sirvo para esto, paren el mundo que me quiero bajar…” y se han creído a pie juntillas lo que el primer tonto escribió sin tener conciencia del daño que ha causado.
Para empezar, nadie vive una vida completa de felicidad, salvo que tenga algún problema mental que le impida darse cuenta de lo que sucede a su alrededor; en este plano la felicidad se gana, no se hereda por simple respirar, o por sólo pasarse el día meditando y recitando el “Oooooommmmmm”…
Hay que notar que la felicidad no es un fin, es una consecuencia. No es un estado natural cuando no se vive correctamente, pero sí pasa a ser casi un estado natural cuando uno aprende a mirar la vida desde el ángulo correcto. Puedes ser feliz prácticamente desde la mañana hasta la noche, todo el día y todos los días, pero debes saber cómo hacerlo.
Alguno puede responderme: “Yo soy feliz desde la mañana hasta la noche, pero a la noche no, porque trabajo de noche… jejeje”. Bueno, chistoso, puedes ser feliz las 24 horas, entonces, también trabajando, pero siempre que encuentres la forma correcta, que es muy sencilla.
Vivir feliz pasa por una cuestión de creencias. Las creencias han sido creadas por los que piensan más, para los que piensan menos, y así los puedan convencer más fácilmente. Comenzó desde que el hombre tuvo conciencia de la religión, creyendo que la religión era necesariamente una apropiada filosofía de vida. Quien manejaba esa religión adquirió poder a través de las creencias que logró instalar en los otros.
¿Qué pasaría en el mundo si nadie tuviera creencias, necesidades, enfermedades, malas conductas, distorsiones, miedos? Pues entonces desaparecerían la religión, la medicina y todas sus ramas asociadas, el sistema policial, militar, judicial y penitenciario, la política… y hasta posiblemente, mi blog, porque entonces ya no tendría objeto.
¿Puede ser que a alguien (o a muchos “alguienes”) les convenga que el Hombre sea esclavo de las creencias? ¿Puede que instalar las creencias sea parte de su “negocio”?
Una técnica en el marketing explica que es necesario hacerle creer al cliente que su ansiedad o su sufrimiento existen debido a que no tiene tal producto y convencerlo de que con solo comprar el producto, simplemente así, será feliz. ¡Tome nuestra gaseosa, y con eso, ya basta para ser feliz! Sus burbujas de alegría lo dejarán satisfecho y en todo caso, tan sólo le causarán un hermoso cáncer…
Se trata de crearle a la persona una angustia insoportable, una carencia, cuanto más honda, mejor, y ofrecerle luego, el alivio a esa angustia y la solución a su carencia. Solución por la que él pagará lo que sea necesario.
Por ejemplo, primero, enfermarlo mediante la comida, para luego venderle el remedio, como hace la industria farmacéutica (también dueña de las cadenas de comida rápida); poniendo cuidado en que ese medicamento lo cure de una cosa pero que lo enferme de otra, de manera de crear clientes cautivos hasta el día en que por tantos productos extraños que han ingerido, terminen muriéndose.
Ésa es nuestra sociedad de consumo; la que nos adoctrina con creencias que tomamos por indiscutiblemente ciertas y así creemos firmemente que sólo seremos felices cuando consumimos las porquerías que ellos fabrican, que no nos van a solucionar nada pero que nos van a crear una dependencia fatal. ¡Llame ya!
De esa forma, ellos logran venderle un peine a un pelado, pero a partir de la compra habrá de ser un pelado feliz, porque tiene por allí guardado, un peine hermoso. No lo usa, no le sirve, pero lo tiene. Y tú no…
La Humanidad es en su mayoría un conjunto de seres crédulos, ingenuos e infantiles. Si no fuese así, no existirían en el mundo unas 52.000 religiones distintas. ¿Lo ves? Esa cifra la he inventado… ¡debes estar atent@ para que no te vendan gato por liebre!
Son SÓLO 4.200 religiones (puedes encontrar las versiones en Internet) con sus 4.200 únicas e inigualables versiones de su Dios, que necesariamente debe ser distinto del Dios del otro, porque si fueran iguales… habría una sola religión.
Por eso es que somos amados por nuestros Hermanos Mayores, porque somos “sus niños”… pero están comenzando a preocuparse, porque no parece que estemos muy dispuestos a crecer, y el tiempo… se está agotando. Ellos nos hablan de despertar, pero a nosotros nos encanta seguir soñando, inmersos en la Matrix.
E incluso hay quienes ingenuamente (o perversamente) nos estimulan a que sigamos “soñando” y mirando hacia afuera, porque soñar es hermoso y así se debe vivir… lo leo todos los días en los posteos del Facebook.
Y paralelamente observo cuanta gente aprueba y aplaude felizmente el texto, y lo festeja, y sigue mirando hacia afuera sin discernir ni darle importancia al otro texto menos atractivo que indica mirar hacia adentro para despertar. ¿Mirar hacia adentro? ¿Qué es eso? Por favor… ¡déjame ser feliz!
Para continuar con el artículo y que se entienda bien lo que digo (que no me pregunten luego… ¿Qué significa “actitud”?) yo debería contar que en mis otras actividades (www.alphanqn.com.ar y www.cursostecnicoscad.com.ar) casi todos los días dicto clases de Mecánica Automotriz, Inyección Electrónica, Electricidad, Electrónica y afines, instruyendo a personas que buscan hacerse de un oficio práctico que les permita encarar la vida laboral desde un ángulo productivo y provechoso, actividad que mantengo desde hace unos 40 años.
Bien, a mis alumnos les entrego material educativo que incluye una sección donde hay preguntas y respuestas del tipo Multiple Choice, pero NUNCA les digo que son “problemas a resolver” sino “ejercicios que les ayudarán a entender mejor y a memorizar más fácilmente los conocimientos”.
En realidad, es lo mismo, pero visto desde otra óptica más positiva y menos odiosa. No se trata de “una tarea para el hogar”, sino de un beneficio adicional en el cual ellos podrán comprobar personalmente el progreso de su aprendizaje (como auto-examen y verificación).
Y que además les ayudará a consolidar sus conocimientos y a resolver más fácilmente las “evaluaciones” o “tests” (que trato de que no vean como EXÁMENES) cuyas notas, una vez aprobadas, constarán en un Certificado Analítico que luego podrán presentar para conseguir un buen trabajo.
Y que después, si no desean tener un trabajo dependiente, pueden poner su propio taller, o bien, inscribirse en una Agencia Laboral con quien me relaciono hace años, que los ayudará a ubicarse laboralmente en un buen puesto en una empresa de primer nivel.
Así, yo he decidido crear una “fábrica de triunfadores” y desde mi juventud estoy formando exitosos Técnicos, educándolos no sólo con el conocimiento sino con el ejemplo. Pero vamos ahora a verlo del otro modo:
“Ustedes tienen la obligación de resolver estos problemas en sus casas porque sino van a salir mal en los exámenes y así nunca van a conseguir un buen trabajo sin un Certificado que los respalde, y van a seguir siendo unos fracasados, sin trabajo o con un sueldo miserable”. Lo que no es otra cosa… que la verdad, dicha brutalmente y sin anestesia.
Bien, esto puede dar lugar a una sonrisa (enhorabuena) pero es un ejemplo real de cómo podemos tomar la vida: llena de problemas. Llena de sinsabores. Llena de angustias, de miedos, de inseguridades, de incertidumbres. Vivir parece ser peligroso, descabellado, frustrante, estéril, doloroso e insoportable… ¿no?
¡Vivir plenamente nos puede llevar a perder la vida! Vivamos entonces más o menos, mejor menos que más, por las dudas, y sigamos quejándonos de que todo nos sale mal. Instalémonos en esa actitud, como víctimas del destino… sigamos sufriendo, porque tal vez sólo sufriendo se llega al cielo (hay religiones que así lo pregonan).
Alguien puede estar pensando: “¡Es que yo vivo lleno de problemas y no alcanzo a resolver uno que ya se me está presentando otro!”. En tal caso… ¿Qué debería yo responderle?: “Feliz de tí, hombre, porque vas a llevar a cabo una vida con muchos aprendizajes y una gran evolución”. Ésa es justamente la verdad, pero no la va a entender dicha de esa forma, porque su actitud ante la vida no se lo permite.
No lo ve, no lo entiende y tampoco lo quiere entender, y culpa a Dios, al Diablo, y a todos los santos y a todos los diablos, de que su vida es un desastre. La culpa de sus fracasos está afuera; alguien se ha encargado de hacer de su vida un desastre. Y tiene mucha razón; alguien se ha encargado, y para descubrirlo, nada mejor que ir a ver quien es… ¡está retratado en el espejo!
Astrológicamente, hay personas cuya Carta Natal contiene una estructura kármica llamada “T cuadrada” o a veces, algo más intenso todavía llamado “Cruz Cósmica”, que corresponden a ubicaciones de planetas a 90 y a 180 grados entre sí. El alma ha decidido que ésta va a ser una encarnación movida, de gran proyección, de gran exigencia.
En estos casos, la persona no termina de resolver una cuestión y ya se le está insinuando otra nueva. No tiene descanso; algo importante tiene que aprender ¿qué será? La culpa la tienen, evidentemente, esos malditos planetas… como me dijo una vez una consultante, sin ponerse colorada.
Recuerdo ahora una historia real de un chiquilín que en la escuela era terriblemente dañino y maleducado; un día, la directora, ya exasperada, le preguntó: ¿Por qué eres tan terrible? y el niño contestó, muy naturalmente y bajando la cabeza: “Polque soy Escolpio”. Para comérselo a besos ¿no? Pero obsérvese el daño que su familia “astróloga” le causó, tal vez irreparablemente, a la mentalidad de ese niño…
Regresando a la estructura natal, estos mencionados, son gente que vive de crisis en crisis, inexorablemente, pero por fortuna, estos golpes a veces puede que los lleven a reflexionar y entonces deciden encarar los “problemas” como “ejercicios”, cambiando los resultados obtenidos.
En tal caso suelen convertirse en personas sumamente exitosas y destacadas, envidiadas muchas veces por sus resultados siendo que quienes los admiran no aciertan a detectar que estas personas, están obligadas a ser exitosas, o se mueren. Pero afortunadamente eligieron la opción apropiada.
Los que los observan no tienen manera de saber a qué tipo de presiones estos individuos están sometidos permanentemente, tan solo ven que son muy activos y que sus resultados son felizmente espectaculares.
Entonces piensan… “qué suerte que tiene Fulano” pero sin saber a las presiones a las que está constantemente sometido, las que ha aprendido a canalizar correctamente, y sin notar su actitud positiva ante ellas.
¿Cual es su secreto? ¿Por qué ellos triunfan donde otros fracasan? ¿Por qué obtienen éxito y felicidad en cada cosa que encaran? Por su ACTITUD ante la vida; porque reaccionan positivamente en lugar de dejarse caer, de entrar en depresión o en rebeldía, o ponerse a buscar culpables, autocompadecerse y resignarse a vivir mediocremente.
El éxito rodea a estas personas porque en cada PROBLEMA ven una POSIBILIDAD, y no una angustia. Una OPORTUNIDAD en vez de un castigo. Un EJERCICIO y no una tediosa obligación. Sencillamente porque en lugar de “problemas” ven “ejercicios” que no los deprimen sino que los entusiasman y los potencian, encarándolos con plena confianza.
Ellos están convencidos de que algún resultado ventajoso han de obtener, creen en sí mismos, en su éxito, y por eso mismo, les resulta más fácil y agradable triunfar. Y se levantan desafiantes ante la nueva situación, que no dudan que les traerá una nueva oportunidad y un nuevo beneficio.
¿Es éste un año en que tengo muchos alumnos? Oh, excelente, porque obtendré buenos resultados económicos. ¿Es éste un año en que tengo pocos alumnos? Oh, excelente porque tendré más tiempo para mí, para estudiar, para leer, para disfrutar, para dedicarme a lo que también que me gusta, a la Astrología, la Parapsicología, etc.
La palabra “problema” sugiere “inconveniente, crisis, sufrimiento, disgusto” y ya de por sí constituye una concepción negativa, pero la palabra “ejercicio” estaría indicando subliminalmente “beneficio”, y la idea de “beneficio” sugiere “bienestar”, y “bienestar” va asociada a “felicidad”.
Esto es lo que distingue a una persona PRO de una persona RETRO. También sirve buscar rodearse de personas PRO, porque su campo energético nos estimula a seguir su ejemplo, y también así participar de su éxito. Si te rodeas de perdedores, no puedes esperar resultar un ganador.
Es lo que yo llamo: “el Efecto Blancanieves”; Blancanieves jamás podría sentirse estimulada a crecer estando rodeada de enanitos… ¿Para qué? Si en el país de los ciegos, el tuerto es rey… pero ¿qué tal en el país de los que tienen visión normal?
Entonces, para resumir: los eventos que se nos presentan pueden ser identificados y clasificados por nosotros como PROBLEMAS que nos llenen de angustia, o como EJERCICIOS de vida, que nos llenen de oportunidades, que nos lleven a crecer, a aprender, y consecuentemente a ser exitosos y felices.
Las cuestiones son las mismas, pero son vistas de otra manera, llegan a nuestra conciencia a través de otros filtros y por eso tienen otros resultados. “Todo es según el color… del cristal con que se miran”.
La vida nos presenta ejercicios, que correctamente asumidos y resueltos, nos llenarán de satisfacción y nos prepararán para resolver otros ejercicios posteriores más complejos, haciendo de nuestro vivir un éxito progresivo en lugar de un fracaso reiterado.
Obteniendo satisfacción en lugar de frustración. Felicidad en lugar de angustia. Experiencia en lugar de trauma. Por todo esto, ante la misma situación que nos requiera, de la actitud que tomemos cada uno de nosotros, dependerá el resultado.
Ahora, te hago la siguiente pregunta: ¿Cómo resuelves los EJERCICIOS de tu vida…? que debería haber sido el título de este artículo…
Bendiciones. Leo
Puedes compartir libremente este artículo o bien, el enlace a www.elsenderodelser.com
www.elsenderodelser.com – www.profesorleo.com.ar – profesorleonqn@gmail.com